El comité de Navantia Ferrol inicia la fase decisiva de la negociación del nuevo convenio colectivo intensificando las movilizaciones y las acciones en todos los frentes. Ayer, tanto los representantes de los trabajadores como varios centenares de operarios –se desplazaron ocho autobuses– se concentraron en el entorno de la Delegación del Gobierno en A Coruña para reunirse con la subdelegada, María Rivas, para trasladarle sus reivindicaciones en un proceso de negociación que lleva ya más dos años en marcha. Rivas se comprometió a su vez a transmitir las demandas a la dirección de la empresa pública.
La protesta, que se extendió durante parte de la mañana, concluyó con una asamblea en la que se informó de los avances en las dos últimas sesiones de negociación del convenio, celebradas el lunes y el martes. En principio, el calendario pactado entre las partes fija el final (y, por lo tanto, el acuerdo) del nuevo marco de relaciones laborales en el grupo naval público el próximo 30 de noviembre, es decir, en un mes.
Desde el comité se explicaba ayer que se han producido avances en algunos aspectos, aunque no con la intensidad deseable, según los sindicatos. En el caso de la clasificación de los grupos GP 1 y GP 2 (técnicos superiores) se ha dado algún paso adelante, aunque el logro más importante es el acuerdo para introducir en el convenio el contrato relevo. Hay que limar todavía diferentes aspectos, pero la voluntad de la empresa es firme. Se trata de una medida muy demandada desde hace tiempo por parte de los comités, que de ese modo apuntalaría también el mecanismo de entradas y salidas.
En esta línea, los portavoces de los trabajadores consideran que la edad para las prejubilaciones debe fijarse en los 61 años –la misma a la que lo hicieron en el último plan–, aunque eso supondrá un cambio legislativo, al reservarse en estos momentos únicamente para trabajos “peligrosos, penosos o repetitivos”.
Menos fluidez hay en lo que respecta al plan estratégico, que es clave, entre otras cuestiones, para definir inversiones, distribución de la carga de trabajo e incorporación de personal por cada centro. Estaba previsto que comenzase ya a mediados de este mes, pero no ha sido así y los comités advierten de que urge comenzar a hacerlo.
En ese sentido, la parte social mantiene su reivindicación de un nuevo dique, por ejemplo, y también de que se dé la orden de construcción de un BAC.