A estas alturas, nadie duda de que el obispo Fernando García Cadiñanos es un ferrolano más, al menos de corazón, con permiso de su querido Burgos natal. El titular de la Diócesis Mondoñedo-Ferrol supo hacer desde el principio una lectura muy certera de la ciudad naval y no ha dejado de participar en todas las citas a las que se le invita, tanto sociales como religiosas o incluso políticas.
No es de extrañar, en este contexto, que Cadiñanos se haya puesto también la camiseta del Racing de Ferrol, tal y como ha trascendido en un vídeo que la propia Diócesis ha publicado en sus redes sociales. Sus declaraciones no son recientes, sino que se produjeron el pasado 18 de marzo en el colegio vallisoletano de San José, en el marco de una conferencia que impartía para la Escuela de Formación Social de Cáritas.
Así, entre vallisoletanos y, seguramente, algún aficionado del Real Valladolid, Cadiñanos sacó su retranca a pasear para admitir que estaba contento de estar allí, "además después de un día en el que el Pucela vino de Ferrol con las orejas gachas", bromeó, en referencia al partido del día anterior en A Malata cuando el Racing les ganó 2-0.
Un resultado, dijo el obispo, "que a la ciudad de Ferrol le llenó de enorme alegría, y al Burgos también, de paso", apostilló divertido, confesando que "mi alegría fue doble". Explicando que había visto mucha gente en la ciudad, reflexionó que "es curioso cómo anima este ambiente futbolero que para Ferrol ha supuesto un balón de oxígeno".
Trasladó también algo de contexto, recordando que en "las ciudades pequeñas como Ferrol —de 60.000 habitantes y, con los entornos, de unos 110.000—" y defendió entonces que "un equipo de fútbol, en un lugar que ha perdido 30.000 habitantes en los últimos 30 años, hace que el fútbol sea también un baluarte en el que se identifica la ciudad".