Las Oblatas recibirán el próximo sábado el homenaje de la diócesis con motivo del 115 aniversario de sus presencia en Ferrol. Sin embargo, como explicaba el obispo, Fernando García Cadiñanos, en declaraciones a la COPE, será también “un día triste”, puesto que supone la despedida de esta comunidad de mujeres, cuya obra se centra en las mujeres en situación de prostitución y víctimas de trata con fines de explotación sexual. "Significa que esta presencia de la vida religiosa ya no va a estar en la vida activa de nuestra iglesia diocesana, aunque la obra seguirá a través del laicado”, puntualizó el prelado, que explicó la decisión como consecuencia de la crisis de vocaciones.

Las actividades del sábado comienzan a las 12.00 horas, con la proyección en el Dúplex de la película “Si todas las puertas se cierran”, que cuenta la historia de tres mujeres que viven la realidad de la prostitución y la trata. Los beneficios de la venta de entradas se destinarán a proyectos sociales de las Oblatas.

A las 16.00 abrirá, en el patio de la parroquia del Socorro, la exposición “Antonia María de Oviedo y Schönthal: Una historia de opción y de cambio”. A continuación, a las 17.30 horas, será la eucaristía de acción de gracias y despedida, presidida por el obispo y acompañada por una representación del gobierno de la Provincia de Europa de Oblatas.

Llegaron en vapor

Las primeras Oblatas llegaron a Ferrol, recuerdan desde la Diócesis, un 21 de abril de 1907, a las cinco de la tarde, en el vapor “El Mosquito”, procedente de A Coruña. “Una junta local de Trata de Blancas, que tenía como vicepresidentas a doña Clotilde Iglesias Losada y a doña Antonia Martínez Obregón las esperaban allí y habían solicitado su presencia en Ferrol, concienciadas de la necesidad de esta congregación. Nace así, en aquel momento, un muy necesario centro de acogida y acompañamiento para la atención de mujeres en situación de prostitución”.

Las Oblatas dirigen, desde su creación en 1989, el centro de día O Mencer, en Ferrol, con un equipo de profesionales contratados y voluntarios. Ofrecen apoyo a las mujeres que ejercen la prostitución y a víctimas de trata a través de programas de recuperación y de integración sociolaboral. En 2022 atendieron a 298 personas,  64 de ellas vítimas de trata.