Hace tan solo unos meses parecía una utopía, pero los cerca de 15 operarios que a diario desde primera hora se pusieron “pico y pala” con la obra de San Francisco han conseguido que a una semana de que expire el plazo para la certificación de la urbanización de la calle para no perder los fondos europeos los trabajos estén prácticamente finiquitados.
El firme de la calle está ya hormigonado, manteniendo la fila central de adoquines, y el entorno del atrio de San Francisco luce ya a modo de plazoleta, ya que se han colocado en este tránsito bloques de granito para favorecer la comunicación con la iglesia –el atrio deberá ser acondicionado pues actualmente se emplea como zona de acopio de material de obra–.
Así las cosas, es más que probable que se cumplan los plazos establecidos, pese a que esta actuación pasó por momentos muy complicados, con la aparición de restos arqueológicos en la primera manzana de la calle, que, finalmente, fueron cubiertos y protegidos para no demorar más los trabajos.
Lo que fue la obra más ambiciosa del pasado mandato está siendo concluida en este convirtiendo la calle de la Iglesia en un vial de amplias aceras, con arbolado en cada manzana y nueva iluminación. Esta semana se han colocado ya las barandillas en la zona del mercado de abastos para proteger la diferencia de cota entre la entrada lateral de este y la calle. Además, se han plantado árboles, sustituyendo a las especies que había proyectado el ejecutivo anterior y que superaban el tamaño adecuado para una zona urbana de estas características.
El gobierno pretende que esta próxima semana se pueda abrir ya al tránsito una nueva manzana, la zona del teatro Jofre, quedando, de este modo, únicamente el espacio más próximo al Callao para comienzos del próximo año.
También ayer se procedió a la apertura al tráfico rodado de la calle Sánchez Barcáiztegui, una vez que concluyeron las obras de reparación viaria. Estas consistieron en la reposición y refuerzo del firme, que se había hundido al paso de un vehículo.
Otro de los obstáculos que debió vencer esta actuación urbanística fue la demolición subsidiaria de los dos pisos superiores del número 4 de la calle San Francisco que impedían, por peligrosidad, el avance de la obra. Ahora quedan las ruinas de esa actuación.