El ecologismo está de moda en la comarca de Ferrolterra. La preocupación por cuidar el planeta afecta de manera cada vez más directa a las empresas del sector agrario, que orientan sus prácticas hacia la responsabilidad medioambiental.
La apuesta por la vuelta a los orígenes y el cuidado de la tierra forma parte de la filosofía de Vivergal, que opta por la artesanía vegetal.
Durante la producción de cyclamen la empresa realiza un proceso de repicado a mano. Esta metodología es favorable para la conservación de la planta, ya que el uso de maquinaria industrial perjudica al cuidado y conservación de la raíz y entorpece el posterior desarrollo de la flor.
Susana Fernández, gerente de la compañía, explica el compromiso de Vivergal con el medioambiente: “Nosotros intentamos aplicar lo mínimo posible tratamientos nocivos”, dice la responsable de la empresa. “Nuestro papel es biodegradable”, añade.
Por su parte, Marta Vázquez, gerente de la cooperativa Santa María do Val, dice que la población general ha desarrollado una mentalidad ecologista que ha contribuido a valorar los labores del campo y la agricultura.
El sector agrario se mueve en un mercado “muy cambiante”, valora Marta Vázquez. “Ahora ha habido un importante repunte por la consciencia que se ha generado alrededor de lo natural, pero antes el sector agrario estaba muy desplazado”, reflexiona la gerente de la empresa.
Otra tendencia que observa la responsable de la cooperativa do Val es la apuesta por los alimentos de proximidad. Además de ser más respetuosos con el medio ambiente –por los cortos trayectos que se realizan en el proceso de distribución– contribuyen al desarrollo de la economía local.