La plantilla de Navantia decidió ayer en asamblea secundar una huelga de tres días, coincidiendo con la reanudación de las negociaciones por el convenio colectivo en la sede de la dirección de la empresa en Madrid.
Los tres delegados que los empleados de la compañía pública tienen en la ría de Ferrol en la mesa de negociación afrontan así una semana que podría ser clave y de la que, en todo caso, se espera algún tipo de avance en algunas de las cuestiones trascendentales del que va a ser el nuevo marco laboral en Navantia.
“Pensamos que é o momento de que a empresa dea un estirón a este proceso”, explicaban ayer desde el comité de empresa, que explica además que la adhesión masiva a la propuesta de secundar las jornadas de huelga está relacionada también con las “cartas coercitivas que a dirección enviou ás plantillas e ao comité” en relación con el bloqueo de los trabajos de aceros del programa de las fragatas F-110 decidido la semana pasada en un referéndum.
La compañía manifestó horas después de conocerse la decisión y de que tuviese lugar el paro de 24 horas –desde las 22.00 del miércoles– que las negociaciones seguían en marcha y que, en todo caso, no se había producido ningún “deterioro” del proceso. En ese mismo comunicado se fijaba “antes de finalizar el año” el plazo para poder llegar a un acuerdo con respecto al convenio colectivo que lleva ya casi tres años caducado.
Si bien se han producido avances en lo que tiene que ver con las promociones o el contrato relevo, por ejemplo, hay aspectos en los que las posiciones todavía están muy alejadas. Es el caso de la edad para las salidas –el comité quiere que sean 61 años–, la reducción de la jornada laboral y la mejora salarial para recuperar poder adquisitivo perdido durante los últimos años debido a la inflación.