Un paso de peatones de la carretera de Catabois –a la altura del número 341– fue el elegido para desarrollar ayer una acción de protesta sorpresa para denunciar que se mantenga el límite de velocidad a 30kilómetros por hora, aun cuando el pleno aprobó una moción para que se recuperase la limitación a 50.

El acto, que advierten que no será el único sino que tendrá continuidad con acciones más fuertes, estuvo organizado por la Asociación de Vecinos de San Pablo y contó, además de la participación de vecinos y particulares que se sumaron a la protesta, con la entidad vecinal de Santa Mariña, ediles del PP y representantes del sector de las autoescuelas.

La reclamación de que se desistiese de la imposición de un límite de velocidad tan reducido en un vial como la carretera de Catabois –del mismo que se hizo en otras similares como avenida de Esteiro o Irmandiños– está avalada además por la presentación de cerca de 900 firmas en el registro municipal del Concello así como por una moción, elevada a pleno por el Partido Popular, y que salió delante con los votos de PP y FeC, la abstención del BNG y el voto contrario del PSOE.

Aseguran que los conductores toman otras vías para evitar la ralentización 

Los vecinos y entidades alegan que se trata de un vial de mucho tráfico pero que está suficientemente regulado con semáforos y pasos de peatones. La seguridad a la que apunta el ejecutivo para tomar esta medida queda, a juicio de quienes han manifestado su rechazo, sin valor, habida cuenta de que aseguran que muchos vehículos toman otras alternativas de circulación, con mayor peligro, para no tener que circular a esta velocidad.

Así las cosas, como explicó el presidente de la entidad vecinal de San Pablo, Francisco Javier Moreno Beltrán, “muchos coches pasan a circular por la carretera de Santa Mariña o la rúa Carballo, entre otras, por lo que el peligro de conducción se traslada a estas”.

Decisión municipal

Los vecinos critican, además, el rechazo del ejecutivo local al cumplimiento de una decisión del pleno, ya que pese a que se aprobó una moción al respecto, el concejal de Seguridade e Tráfico, Germán Costoya, les indicó que “no se va a cumplir”, apuntó el representante vecinal de San Pablo.

El edil visitó el barrio en la primera semana de febrero y les explicó que la medida se toma por seguridad, algo que rechazan los vecinos asegurando que no se trata de un vial de “gran siniestralidad”.

Dado el incumplimiento de muchos conductores, además, los vecinos apuntan a que “no descartamos que en breve instalen además radares”.

El servicio de las autoescuelas también estuvo representado en la protesta de ayer y, a este respecto, aseguran que no compensa realizar prácticas de conducción ya por esta carretera, dada la dificultad de circular continuamente en segunda para los alumnos, ya que se les “cala” el coche continuamente.

Apoyos

También los comerciantes de la zona acusan la ralentización de la circulación y no entienden que se tomen estas medidas en esta carretera cuando hay otras más peligrosas y esta tiene sus propias medidas de seguridad, como los pasos de peatones.

Al acto de ayer se sumaron también algunos conductores que se vieron sorprendidos por la propuesta y que no dudaron en bajar de sus coches para reivindicar que la velocidad se suba hasta los 50 kilómetros por hora, como estaba hasta que se tomó esta decisión.

La medida aplicada por el ejecutivo local responde a la modificar del Reglamento General de Circulación, por el que se regula la velocidad en las vías urbanas y travesías. Así, se fijó a 20 kilómetros para las vías que dispongan de plataforma única de calzada y acera; 30 para las de un único carril por sentido de circulación; y 50 en las de dos o más carriles en cada sentido.

De todos modos, se contempla la posibilidad de que, de forma excepcional, la autoridad municipal pueda aumentar la velocidad en las vías de un único carril por sentido hasta un máximo de 50, previa señalización específica, que es lo que pretenden que se aplique en Catabois.