La comunidad educativa de la escuela infantil de Esteiro, incluyendo al equipo docente, a las asociación de padres y madres y al Concello de Ferrol, ha remitido al Consorcio Galego de Servizos de Igualdade e Benestar una lista de actuaciones urgentes para el correcto funcionamiento del centro. En ellas se incluye, además, la denuncia del empeoramiento del comedor y de la limpieza desde que este organismo se hizo cargo del mantenimiento, en 2021, a cambio de un aumento en la cantidad que paga el Concello (se pasó de 900 a 1.500 euros por niño al año).
Son, indican en el texto remitido a la responsable de las escuelas infantiles del Consorcio, “urxentes necesidades pendentes nesta escola dende hai meses”, recogidas en el acta del Consello Escolar del pasado diciembre, y a las que no se ha dado respuesta.
La lista de ocho temas incluye el drenaje del camino de acceso por el jardín, anulado por la acumulación de agua, derivado del mal estado del firme, sin desniveles que permitan el desagüe. Está también anulado como punto de encuentro de una posible evacuación en el plan de emergencias.
Para la seguridad de los pequeños reclaman la instalación de una valla en la zona de la entrada, donde hay tres puertas, que pueda separar el acceso a las aulas y al pasillo. Se improvisa ahora con cajas atadas entre sí y apoyadas en asientos.
Las altas temperaturas que se alcanzan en primavera y verano han hecho que sean las propias familias las que paguen un toldo hecho a medida para reducir el impacto de la luz solar. Está pendiente, desde 2021, de que se autorice la instalación.
Denuncian además en el documento que el arenero es insalubre, un pozo de infección que impide que los niños puedan salir diariamente al jardín y se espera que se cierre con un nuevo sistema y se renueve la arena.
También está deteriorado, apuntan, el suelo de caucho de patio exterior de juego, con zonas en las que está levantado y asoma la hierba. Se solicita la retirada total de ese material.
Las quejas respecto al servicio de cocina se centran en la “diminución na calidade dos menús escolares”. Se ha pasado de ofertar productos frescos desde 2014 a servir producto congelado desde 2021, aseguran. Se instaló un congelador argumentando que sería temporal pero sigue igual. Además, se ha reducido el tiempo de trabajo de la cocinera, que se va antes, a las 14.00 horas, rompiendo los ritmos de los niños. “Desorganizouse totalmente a dinámica pedagóxica habitual da escola, pasando de ser momento de calma a momento de présas con ruido constante, oposto a un hábito de alimentación saudable”.
También acusan de “deixadez e incumprimento de contrato” a la empresa que desde 2021 se encarga de la limpieza, algo en lo que, en positivo, destacaban anteriormente. “Reducíronse alarmantemente os tempos de limpeza de cinco horas a catro horas e non se están cumprindo desde entón as limpezas periódicas estipuladas”, apuntan, alertando de que en agosto no hubo nadie, cuando era un momento que se aprovechaba, al no haber alumnado, para hacer limpiezas en profundidad.