Reganosa, Repsol y Naturgy colaboran con Impulsa Galicia –entidad público-privada promovida por la Xunta– en un proyecto para transformar los excedentes de deyecciones ganaderas (purín y otros residuos) en biometano, fertilizantes orgánicos y CO2 neutro de origen biológico. Los planes de las tres energéticas incluyen la inversión de 146 millones de euros para generar anualmente 300 gigawatios hora de energía renovable procedente del aprovechamiento de 1,2 millones de toneladas de residuos. Calculan que se crearían hasta 600 puestos de trabajo directos y 1.900 indirectos.

El proyecto ha sido presentado a los ministerios de Economía, Transición Ecológica, Agricultura e Industria para encajarlo en los fondos Next Generation.

La iniciativa permitiría optimizar la gestión de purines en la Comunidad, disminuir la dependencia energética del exterior, facilitar el cumplimiento de las nuevas normas europeas y ayudar a descarbonizar la industria, los hogares y la movilidad, indican sus promotores. En la actualidad están llevando a cabo labores de campo y ensayos que dan continuidad “a meses de estudios e investigaciones previas”.

La planta, en Meirama

La primera fase incluye la construcción de una planta de digestión anaerobia que produzca gas renovable que se instalará en Meirama (Cerceda), zona de transición justa. Estará apoyada por cinco plantas de pretratamiento que se repartirían por municipios de A Coruña y de Lugo, en una distribución ligada a la de las explotaciones ganaderas.

Las ubicaciones de estas cinco plantas todavía no se conocen. La intención es que el proyecto crezca y se constituya una red en toda Galicia con la que garantizar la disponibilidad de abonos a los ganaderos al tiempo que se produce biometano (1TWh) que equivaldría al 7% del gas natural de importación que ahora se demanda en Galicia