Estamos encarados, climatológicamente hablando, al otoño-invierno y en esta época los que somos motoristas, cuando circulamos en moto, bien sea por necesidad o afición, debemos ser especialmente cuidadosos y conscientes de las circunstancias en las que vamos a tener que circular. Comienza el mal tiempo y esto puede acarrear que nos veamos en la necesidad de circular con lluvia, viento, niebla, nieve, hielo y tormentas, imprevistas o no, y en cualquiera de estas circunstancias debemos extremar las precauciones para hacerlo con seguridad.
A ninguna de estas situaciones debes tenerle miedo, solo respeto, y actuar en consecuencia. Tres son los conceptos que debemos tener en consideración antes de iniciar un viaje o excursión en moto en condiciones climatológicas adversas: mentalización, equipamiento y conducción.
Mentalización: es importante concienciarse con las circunstancias con las que podemos encontrarnos durante el viaje y siendo previsores actuar en consecuencia; con la moto a punto y el equipo necesario solo nos queda mentalizarnos con las condiciones climatológicas en las que vamos a realizar el viaje. Viajar con lluvia requiere hacerlo con prudencia y ropa impermeable, conduce con moderación y si es posible utiliza prendas calefactables, el viento es especialmente peligroso tanto si es racheado a ráfagas o continuo y conducir en estas condiciones exigirá toda tu atención.
Conducir en la nieve requiere tranquilidad, paciencia y circular despacio utilizando las roderas de otros vehículos y si es posible, si la velocidad lo permite, haciendo uso de los pies como esquíes, con hielo la situación es crítica y se debe evitar conducir ante la posibilidad de que existan placas heladas en el asfalto, estas suelen producirse en zonas sombrías, con agua estancada o en zonas húmedas con viento del Norte y son muy peligrosas, la caída es segura.
Equipamiento: es este uno de los conceptos, el que más, que incide directamente sobre la seguridad activa cuando circulamos en moto y voy a referirme a él en atención a los dos elementos que la integran, la moto y el equipo personal.
Normalmente debemos tener la moto en perfectas condiciones de uso, en circunstancias adversas tenemos que, además, extremar las precauciones y ante la necesidad de utilizarla ser especialmente previsores. Para ello debemos tenerla perfectamente puesta a punto, especialmente en lo relativo a luces, neumáticos y frenos.
Con lluvia o niebla y muy especialmente en la proximidad de otros vehículos, ante la nube de finas gotas de agua que se provocan al circular, se debe extremar la precaución y reducir la velocidad, la visibilidad es reducida, hay que hacerse ver, utilizar las luces, pero si además usas ropa clara y con reflectantes mucho mejor.
Los neumáticos son un seguro de vida a la hora de circular, especialmente en mojado, su estado y presión son esenciales a la hora de garantizar la adherencia al suelo evitando con ello deslizamientos, caídas o el fatídico acuaplaning. En la conducción de una moto intervienen activamente la dirección, las suspensiones y los neumáticos y a la hora de parar o reducir la velocidad es necesario que tanto los frenos como los tres elementos mencionados estén en perfectas condiciones.
En mojado las exigencias son mucho mayores, nuestra seguridad depende de ellos y por lo tanto es esencial su perfecto funcionamiento. No debemos pasar por alto el equipamiento personal ya que en condiciones adversas es de suma importancia para minimizar los inconvenientes de circular bajo la lluvia, nieve, niebla o viento por ejemplo, ya que el frío y la humedad son los peores enemigos del motorista y los que más activamente afectan a la conducción y debemos ir equipados para evitarlos al conducir en estas circunstancias.
Conducción: en circunstancias adversas debemos extremar las precauciones y además de estar mentalizados con la situación actuar en consecuencia, mucha atención al viento, la distancia de seguridad debe ser mayor, la visibilidad disminuye, el piso es resbaladizo, el frenado es menos efectivo y siendo consciente de todo ello lo único que resta es conducir con precaución.
Tanto las motos, al menos las de turismo, como los equipos para el motorista actuales están acondicionados para afrontar los inconvenientes de circular soportando las duras condiciones invernales. Las motos protegen perfectamente del agua e incluso algunas de alta gama disponen de conexiones para utilizar ropa calefactable y las prendas utilizadas además de disponer de forros especiales antifrío, son completamente impermeables. Con la moto perfectamente a punto y el equipo personal necesario, solo resta tu predisposición al viaje en esas condiciones para hacerlo con seguridad.
Está en estudio por parte de la DGT la reducción de la tasa máxima de alcohol permitida para circular conduciendo, ello exigirá la reforma del Reglamento General de Circulación e igualará los límites de control para los tres afectados por la medida: los profesionales, los noveles y el resto de conductores los cuales desde el momento de entrada en vigor de la nueva normativa no deberan superar los 0,10 miligramos/litro de alcohol en aire expirado, es decir 0,2 miligramos por litro en sangre.
La posibilidad de dar positivo en un control aumente considerablemente si finalmente se lleva a cabo esta reducción tan drástica en la medida. Más de la mitad de los siniestros de tráfico que se producen están provocados por conductores que han ingerido alcohol previamente. En el caso de las mujeres 0,70 cl. de alcohol ingerido, menos de una cerveza, serán suficientes para que se dé positivo en un control de alcoholemia. Con la nueva tasa que se anuncia posiblemente se incrementarán las sanciones, que en la actualidad son: retirada de 4 a 6 puntos en el carné y multa entre 500 y 1000 Euros. l