La campaña municipal de control de excrementos de mascotas organizada por el Concello, a través de la Policía Local, durante la primera quincena de este mes se saldó con la propuesta de un total de 60 sanciones, aunque la inmensa mayoría de las multas que finalmente se han impuesto no tienen que ver exactamente con la no recogida de las deposiciones de los perros –que fueron cuatro del total–, sino, sobre todo, con el hecho de que no iban provistos de correa, como establece la ordenanza.
El alcalde de Ferrol, José Manuel Rey Varela, señaló este lunes en el momento de hacer balance de la iniciativa, que esta no ha tenido “afán recadatorio”, sino “de sensibilización social”. En ese sentido, la concejala de Benestar Animal e Sanidade había explicado antes de ponerla en marcha, a finales de enero, que estaban recibiendo “moitas queixas veciñais” relacionadas con los excrementos en la vía pública, de ahí que el gobierno local tomase la decisión de actuar a través de esta campaña.
El regidor abundó en este argumento, una vez finalizada esta intervención, cuando dijo que “todo o mundo sabe que hai actuacións incívicas no que ten que ver cos cans”. Además, recordó que “hai unha normativa que temos que cumprir para convivir e o que buscamos é que esa convivencia non dane o espazo público, e por iso fixemos esta campaña especial”.
El hecho de que la mayor parte de las sanciones (46 de las 60 que se impusieron en las dos semanas por parte de policías de paisano) tuviese que ver con que los perros se desplazasen por la ciudad sin correa tiene que ver, aseguró Rey Varela, con ese “respecto á convivencia que persegue a campaña para evitar que non se recollan os excrementos”.
El alcalde valoró el resultado de esta iniciativa, pues se ha constatado, más allá de las multas, una reducción de esas prácticas. “É unha realidade que se puido comprobar nestas semanas e o que queremos é que sexa así sempre, polo que a nosa conclusión é que esta campaña tivo o efecto desexado, que –insistió– non é o recadatorio, senón a sensibilización”.
Las sanciones oscilaron entre los 100 y los 500 euros, aunque en el caso de los perros potencialmente peligrosos pueden ser incluso mayores. Las multas que no están relacionados ni con la recogida de las deposiciones ni con la correa, un total de diez, se deben a otras irregularidades como que la mascota no tuviese los papeles en regla, los potencialmente peligrosos no llevasen el bozal o que no estuviesen inscritos en el registro. El gobierno, aseguró el alcalde, tiene previsto realizar otra campaña, pero después de la siguiente, que se centrará en perseguir los vertederos incontrolados.