La ciudad de Ferrol es el semillero de los especialistas en la información y la documentación en Galicia, como es el caso de Tania Deive García, que además es de origen local. Su sector presenta la particularidad de precisar conocimientos multidisciplinares, aunque con una aplicación muy concreta en el mundo laboral.
 

El grado y el máster que cursó  en la Facultade de Humanidades e Documentación posibilitaron su puesto actual en una de las empresas de referencia en la Comunidad, Xercode, que en estos momentos está sumergida en el proyecto de la red de bibliotecas públicas de Castilla-La Mancha. Los documentalistas, al igual que su formación, son un gran desconocido, según indicó la profesional, que antes de encontrar su vocación se involucró con otros estudios como la filología clásica o el inglés. Tania Deive tenía claro que le atraía el mundo de la lectura y de la información por lo que esta se decidió cuando supo en qué consistía la carrera.

La profesional cursó el grado de Información e Documentación, antes de que la titulación añadiese la parte de Xestión Dixital. Según explicó, primero recibió una base humanística, hasta que, a partir del año y medio, el itinerario se especializó, “también en función de las optativas que vayas eligiendo”. Los contenidos “se centran en la parte teórica, que es muy necesaria”, porque “puedes tener un programa de gestión bibliotecaria pero si no conoces las reglas de catalogación, no sirve de nada el lado tecnológico”, comentó sobre el cambio en su titulación.

A través del grado realizó prácticas en la biblioteca municipal ferrolana y por medio del máster, en Navantia. “Era totalmente distinto porque yo nunca había estado en archivo”, relató, y realizando un balance “toda experiencia suma”. Tras superar la carrera en 2020, dos años después lo hizo con el máster en Archivos y Bibliotecas. Al terminar, estuvo un año trabajando en un ámbito completamente distinto. Sin embargo, hasta abril de este año, junto a dos compañeras del grado, trabajó con un contrato de prácticas en la Delegación del Gobierno en A Coruña, para después conseguir entrar en Xercode “enviando currículums”, y coincidiendo con que necesitaban un empleado con su perfil, ya que descartó la opción de las oposiciones.

“Es una empresa tecnológica que presta servicios de gestión del conocimiento, especialmente en el sector bibliotecario, archivístico y educativo, aunque también en el editorial y el corporativo” y que “se centran en todas las etapas, tanto en el ámbito de la producción, como la digitalización y la preservación, la gestión, la difusión y el acceso a la información”, contextualizó.

Para esto es necesario un equipo multidisciplinar, que se divide en las áreas de documental, desarrollo y planificación. La primera, que constituye el sector a tratar, es variable “dependiendo del proyecto en el que estemos, que requiere de unas necesidades o de otras”, aclaró. “Normalmente tenemos funciones bastante variadas”, narró Deive, desde la definición de aspectos funcionales, pasando por migraciones al sistema propio de la empresa y  formación a usuario.

Así pues, los documentalistas también elaboran manuales y materiales gráficos, así como preparan sesiones formativas y webinars, aparte de ofrecer soporte permanente al cliente, para la resolución de dudas e incidencias. Tania Deive cuenta con dos compañeros de profesión en la compañía, con los que se reparten todas las anteriores tareas. “La parte de redactar manuales o de elaborar materiales gráficos me gusta mucho”, además de “todo lo que está detrás del sistema de gestión bibliotecaria”, expresó la empleada, que se realiza con la configuración que “hace posible que cuando entremos en una biblioteca y podamos tener toda la información disponible”.

Se trata de un trabajo “muy variado”, por lo que Deive insistió en lo fundamental de la parte teórica que se obtiene con la educación, ya que “en nuestro ámbito hay mucho intrusismo de otras carreras” y “si tienes especialización, todavía mejor”. Aunque no juzga el buen hacer de estos, “en un máster de un año puedes aprender muchas cosas pero obviamente no tienes toda la formación que tiene una persona que ha estudiado durante cuatro años un grado dedicado a esto”, manifestó.

La especialista equipara las posibilidades laborales a las de otras disciplinas, en las que el azar influye. No obstante, considera muy necesaria la profesión, “quizá no tanto en biblioteca pero sí en archivos”, puesto que es algo que toda empresa posee. El problema está en que “tampoco se conoce mucho qué es un archivo realmente, la gente lo entiende como un almacén con documentación por si hace falta”, cuando lo trascendente es “saber por qué hace falta, para qué, cómo podemos difundirla o si podemos ponerla a disposición de los investigadores, por ejemplo”.