Turbinas también se prepara para el mercado del hidrógeno renovable

Turbinas también se prepara para el mercado del hidrógeno renovable
Banco de pruebas para los engranajes reductores | Jorge Meis

En el mes de abril de 2022, Navantia presentó de forma oficial su nueva marca comercial, Seanergies; una apuesta firme por las energías renovables con un impacto especialmente significativo en las factorías de la ría de Ferrol. En esta nueva estrategia, la Fábrica de Turbinas de la ciudad naval se perfila como uno de sus activos más valiosos, con potenciales contratos de futuro para el desarrollo de electrolizadores para la fabricación de hidrógeno verde.


En este contexto, el grupo naval público abrió ayer las puertas de estas instalaciones para dar a conocer al público, por medio de la prensa, los proyectos que están actualmente en marcha, así como sus inversiones realizadas y los encargos que se perfilan a medio y largo plazo.

 

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De izquierda a derecha: Victoria Grueiro, Elena Rodríguez y Alejandro Torre | Jorge Meis


Así, la visita estuvo presidida por los responsables de Producción, Programas y Programas Militares, Alejandro Torre, Victoria Grueiro y Elena Rodríguez, respectivamente, quienes guiaron a la comitiva por la histórica fábrica, explicando las futuras dotaciones de la misma. Y es que Navantia está invirtiendo un total de 5,5 millones de euros en la renovación de este activo, tanto en su preparación para los mencionados contratos de hidrógeno verde como para hacer más eficientes sus operaciones actuales.

 

Nuevas dotaciones


En este sentido, las instalaciones están inmersas en el desarrollo de los engranajes reductores de las fragatas F-110, los cuales, como explicaron los responsables del grupo naval, son mucho más complejos que los empleados en la veterana serie F-100, dado que emplean un sistema de propulsión híbrido, con un motor principal diesel y dos complementarios eléctricos –empleados principalmente en operativos de navegación silenciosa.


A este respecto, uno de los equipos más llamativos –y costosos, con una inversión de 2,5 millones– de los mostrados ayer es un banco de pruebas de los mencionados conjuntos, un equipo que consta de un área de instalación de los engranajes con un motor, un sistema de refrigeración y dos cabinas de control informático. “Esta estación ha supuesto una innovación importante en cuanto a la forma y la rapidez a la hora de realizar pruebas en el que es el producto estrella de los últimos años, las cajas de engranajes”, explica Torre. “En paralelo se ha desarrollado un software de ‘forzado’ que es para simular los diferentes escenarios de la reductora”, detalla el responsable de Producción, incidiendo en que una de sus ventajas es la capacidad de representar problemas en los elementos de forma virtual sin que suponga un peligro para los trabajadores o los equipos.

 

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Uno de los dos motores eléctricos que llevará la F-111 | Jorge Meis


Por otro lado, en la fábrica ferrolana también se están produciendo mecanizados para dos de los programas más importantes del grupo naval en la actualidad: la serie S-80 de submarinos, desarrollos en Cartagena y el proyecto Fleet Solid Support, tres navíos logísticos fabricados en colaboración con BMT y Harland & Wolff en los astilleros de esta última de Belfast. A estos se sumarían, entre otros, trabajos de mantenimiento de válvulas de regulación de vapor para centrales nucleares.

 

Apuesta por el hidrógeno


Como ya se mencionó, uno de los motivos por los que se está modernizando estas instalaciones es para adecuarlas de cara a participar en futuros contratos relacionados con la producción de hidrógeno verde, concretamente la fabricación de electrolizadores. En este sentido, Victoria Grueiro explica que a día de hoy no hay ningún encargo formalizado más allá del acuerdo de colaboración firmado con Repsol en julio de 2022. Aún así, desde el grupo naval público se están manteniendo conversaciones con esta eléctrica, así como con Enagas, entre otros, con la idea de acometer trabajos en este ámbito entre finales del presente ejercicio y comienzos de 2025.

 

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Perarios trabajando en una mandrinadora | Jorge Meis


Tal es el compromiso que, a día de hoy, la fábrica ferrolana ya cuenta con un área reservada para estas operaciones, que además podría ser extendida a otra zona en caso de que fuese necesario. “Estamos habilitando las naves porque requieren un aislamiento especial (...) y también estamos teniendo auditorías con tecnólogos para que nos validen la fabricación”, señaló la responsable de Producción. En este sentido, Grueiro señala que Turbinas se ha ido adaptando a las nuevas tecnologías energéticas, siendo el hidrógeno la última apuesta del grupo naval. 

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