Turbo Kraks, un power trío de post hardcore afincado en Ferrol, presenta un género del que son el único exponente en la ciudad. “Hay una gran variedad de grupos de rock o de metal, pero no del hardcore”, confirma el grupo.
Ellos, que se subieron a los escenarios del Resurrection Fest hace un par de años, confiesan que esta es una actuación “inolvidable”, pero la equiparan con una noche en Santiago que, sin saber muy bien a dónde iban, acabaron en un “antro terrible”, en el que, como mucho, había unas 20 personas y “fue increíble”.
Teniendo en cuenta esta dualidad, uno no sabría qué esperar al preguntar por el concierto soñado, pero el grupo tiene claro que su sitio son “los festivales medianos”, así, se acuerdan de los de casa y hablan de las tablas del Fenerock, en las que estuvieron hace apenas dos semanas y donde hay “un gran ambiente”.
La triada, que define su estilo como “muy de nicho”, surgió, en un primer momento, hace ya más de un lustro, como la unión de tres amigos que venían de otros grupos. El guitarra y el batería –Manuel Vérez y Roberto Caamaño, respectivamente– ya eran parte de una banda de este estilo, pero que se estaba deshaciendo. Ahí llegó el bajista –Joako Ayala– y montaron un proyecto nuevo que en un primer momento era hacer un “proyecto instrumental”.
A pesar de que esta premisa inicial les gustaba, asumen que “con el paso del tiempo las canciones nos pedían meter un poco de voz y en el último disco –”Siempre mal”, que ya está disponible en plataformas como Spotify– que sacamos, más de la mitad de las piezas tienen este componente”. Esta obra acaba de nacer, lleva apenas un mes disponible en las plataformas y, como el grupo avanza, hay una tirada de vinilos preparada.
Ellos, que llevan el ritmo por bandera asumen que su música es una fusión de elementos, quizá algo inusuales. “El concepto es hacer ruido, con unas melodías muy transgresoras”, exponen. El trío lleva al escenario el desahogo, porque su música tiene como inicio el “echar fuera lo que tienes dentro, gritar un poco y exagerar los sentimientos. Lo que queremos es transmitir energía y rabia”, comentó la banda.
Esto se ve no solo en los conciertos, sino también en los ensayos. Para Turbo Kraks, estos momentos son liberadores, en los que “dejar atrás la frustración de la semana”.