La socialización es algo fundamental para la mayoría de las mascotas, especialmente cuando se trata de animales gregarios como los perros. Sin embargo, las posibilidades de que estos jueguen libremente en compañía de otros “amigos” en ambientes urbanos son reducidas, tanto por el riesgo de que el cánido se escape al dejarlo suelo en un entorno abierto –y con coches circulando por los alrededores–, como por civismo, pues no a todo el mundo le gustan estas criaturas y este también es un hecho que se debe respetar.

Es por ello que los parques caninos se han convertido en un elemento esencial para muchos dueños de mascotas, dado que permiten un grado de disfrute de sus compañeros que una correa no da. Además, este proceso de socialización otorga más tranquilidad a la hora de pasear a los perros, dado que reaccionarán de una forma mucho más calmada al encontrarse con otros.

Ante esta realidad, es entendible el malestar que está generando entre los usuarios de estos espacios el grado de abandono han alcanzado en la ciudad naval. En Ferrol, según los últimos datos del Rexistro Galego de Identificación de Animais de Compañía (Regiac), hay 12.806 perros y, si bien no todos ellos hacen uso de estas instalaciones, hasta el porcentaje más reducido de los mismos es una cifra significativa para los cinco parques con los que cuenta la urbe –Canido, O Bertón, O Inferniño, Ultramar y, desde el pasado mes de octubre, Caranza–.

“El mantenimiento solo lo están haciendo cuando el Concello recibe alguna queja”, lamenta Tamara, usuaria del parque de O Bertón, criticando que en este espacio únicamente se está cortando la hierba en la zona de la entrada y de algunos juegos. “Entiendo que el problema de los agujeros no tiene fácil solución porque los perros siguen haciéndolos, pero a lo mejor se puede usar otro tipo de tierra o material para que no estén todo el tiempo escarbando, al menos en una parte del parque”, señala, destacando, eso sí, que el área tiene como parte positiva la fuente “con agua constante y fresquita” y la sombra.

Situación desigual

Si bien todos los parques caninos de Ferrol presentan notables desperfectos, sería engañoso afirmar que la situación de todos ellos es la misma. Así, el más nuevo, el de Caranza, todavía se encuentra en buenas condiciones y la única queja expresada sobre el mismo es que aún no está en funcionamiento el suministro de agua. “Después de tres meses aún no han dado el agua, está muy bien pero tiene ese problema”, señala José, un vecino del barrio que tiene que desplazarse hasta O Bertón porque su mascota, una boxer blanca, “tiene muchísima energía y necesita beber”.

El parque del barrio de Ultramar, encajonado entre las avenidas de As Pías y Esteiro, también presenta un estado relativamente bueno y las principales deficiencias se pueden achacar a una falta de mantenimiento continuada en el tiempo –la reja exterior está rota en su parte inferior y algunos de los juegos están dañados–. De hecho, este espacio no solo fue el primero de la ciudad –se inauguró en 2011–, sino también pionero en Galicia al contar con elementos de ejercicio para las mascotas.

“En general los cierres están mal, aunque este está mejor”, afirma Paco, usuario del parque de Ultramar, cuya principal queja es la falta de zonas verdes. “Con todas las piedras y la arena que hay, cuando se levanta viento casi te tienes que ir”, lamenta, aunque admite que parte del problema son las obras de humanización de As Pías. Curiosamente, este espacio sí que contaba con césped cuando fue inaugurado, pero con el paso de los años y el uso constante por parte de los vecinos ha dejado un firme carente de vegetación.

Asimismo, Paco rechaza la posibilidad de ir al parque de O Bertón, pese a quedar relativamente cerca, por la inseguridad que causan los agujeros en su enrejado.

Desperfectos

Mientras que los parques de Ultramar y Caranza se mantienen en condiciones aceptables, la otra cara de la moneda es la situación de Canido, O Inferniño y O Bertón. El primero de estos es el que está en mejor estado, aunque sus usuarios denuncian agujeros en las rejas, soportes rotos y oxidados e incluso zonas del vallado parcialmente caídas. “Es como muchas cosas que pasan en este ayuntamiento: se crean, se les da bombo y después no se mantienen lo más mínimo”, censura Avelino, usuario de este espacio. Así, este ferrolano critica que el cuidado de esta área se limita a cortar la hierba, manifestando su malestar por el hecho de que sean los vecinos los que tengan que improvisar soluciones a estos desperfectos.

El caso de O Inferniño es muy similar, con problemas en el acceso y el cierre exterior, aunque también presenta una particularidad que hace que muchos residentes opten por otras zonas aunque no estén orientadas a sus mascotas: el reducido tamaño del espacio.

Sin embargo, como ya se comentó, la zona que más quejas genera es la de O Bertón, pese a que hace apenas tres años se renovó, equipándolo con elementos de pruebas “Agility”. Juancho, vecino del barrio, lamenta también el estado de esta dotación, apuntando que, además de no se mantiene la mayor parte de la zona ajardinada –fuera del espacio central de juegos la hierba supera el metro de altura–, el parque presenta importantes deficiencias. “La valla es muy pequeña y cualquier perro la puede saltar y también está todo lleno de agujeros de 30 o 40 centímetros de profundidad. Hasta ha habido casos de perros con lesiones graves”, denuncia. En el caso del cierre –totalmente destrozado y aguantado por maderos que han traído los vecinos–, el usuario asegura que lo rompió “un tractor cuando vinieron a cortar la hierba. Como no entraba, pues pasaron por encima”. Juancho también detalla que se encuentra pendiente de remitir un escrito al Concello por una herida que se hizo uno de sus perros muy cerca del ojo con un hierro suelto del portalón. “Vinieron, sacaron unas fotos y nada más”, afea.

Respuesta del Concello

Respecto a esta problemática, la concejala de Benestar Animal, Maica García, avanzó que “está previsto un contrato de mantenimiento de parques caninos” que, una vez en funcionamiento, “supondrá “un avance” para el municipio y “garantizará el cuidado y atención que precisan estas zonas”.

En cuanto a la posibilidad de contar con más espacios, García señaló que en estos momentos se está ultimando la actualización del parque de Canido.