El mercado de segunda mano “O Tinglado”, promovido por la Consellería de Medio Ambiente y celebrado este fin de semana en Ferrol tras su paso por Vigo ha sido un éxito arrollador. Así lo atestiguan tanto la organización del evento como los propios vendedores, que mostraron su satisfacción por la gran acogida que ha tenido la iniciativa entre la ciudadanía.
De este modo, tras un arranque algo lento el sábado que mejoró notablemente conforme avanzaba el día, la jornada de ayer mostró la capacidad de atracción que pueden llegar a tener esta clase de iniciativas, especialmente en días en los que la meteorología acompaña. Y es que, pese al frío, el ambiente soleado invitaba a pasear por la renovada fachada marítima y, ya de paso, curiosear en busca de una ganga o, como en el caso de Tere, una de las organizadoras del evento, un recuerdo de la infancia.
“Yo creo que cuando se corre la voz a la gente le apetece, porque es diferente. Hay cosas muy chulas, antiguas... yo me compré una cámara igual que la primera que tuve, que sabe Dios dónde está, y la encontré por diez euros y decidí llevármela porque nunca pensé que encontraría otra”, confiesa sonriente. En este sentido, Tere apunta que mucha gente está repitiendo, dado que cada una de las dos jornadas los puestos son diferentes y que incluso los vendedores de un día vuelven al siguiente como compradores.
Al ser un mercado dedicado a los vecinos y no a los profesionales del sector de la segunda mano, el evento supone una primera experiencia en ventas para muchos de los participantes. Es el caso de Isabel, que ayer ofrecía una amplia selección de bisutería y que confesaba estar “encantada” con la propuesta. “La verdad es que muy bien, he tenido muchas ventas y está habiendo mucha gente, tanto por la mañana como ahora por la tarde”, detalla. “La verdad es que como está haciendo muy buen día, la gente está paseando y se mete aquí un poco a cotillear”, apunta, incidiendo en que “las cosas están muy bien de precio y hay mucha variedad”.
Por otra parte, Susi, con un puesto muy variado y que acudió acompañada de su hija, destaca la faceta formativa de la propuesta. “A mi la experiencia me está encantando, y como no soy del sector, siempre estoy comprando, pero la sensación de vender me ha parecido maravillosa y es una buena educación para la niña, para que vea que se puede reciclar”, confiesa. Y es que, como muchos otros, Susi también acudió el sábado en calidad de clienta, por lo que pudo ver de primera mano cómo se iba corriendo la voz sobre la iniciativa y, con ello, cómo aumentaba el número de personas conforme pasaban las horas –y el día–.
También era una experiencia nueva para Andrés, que se enteró de la iniciativa autonómica “a través de una amiga”. “La verdad es que muy bien, es mi primera vez vendiendo cosas y la gente está comprando”, afirma, incidiendo al mismo tiempo en que la participación era mayor de lo que había imaginado.