No hay nada determinante todavía y las conclusiones solo pueden basarse en la estratigrafía relativa –las distintas secuencias temporales de la disposición en capas de las piedras halladas–, pero el estudio arqueológico encargado por la Xunta a Juan José Alonso apunta a la posibilidad de que realmente los hallazgos de piedras en la parcela 22-24 de la calle Castro sean de la muralla fortificada medieval de Ferrol.
Por esto, indica la necesidad de continuar con los trabajos de sondeo realizados en esta propiedad y de poner en valor dichos restos.
La delegada de la Xunta en Ferrol, Martina Aneiros, visitó ayer esta parcela, acompañada del arqueólogo y el jefe del servicio del IGVS en A Coruña, Valeriano Rosales, para ver directamente el resultado de estas primeras catas. El informe, como explicó Aneiros, ha sido remitido a la Dirección Xeral de Patrimonio desde donde “faranse as valoracións pertinentes e dirán que procede facer en canto eses restos”. Por eso abogó por “ter cautela e agardar por esa resposta que será a que decida os pasos a dar”.
Más allá de la decisión de la Dirección Xeral de Patrimonio Cultural, el informe arqueológico emitido da cuenta de una estructura antigua, de lo que sería una muralla con un foso, que ya es una asociación con una construcción de la época, además de encontrarse en la zona por la que se supone discurriría el trazado de la muralla medieval. Esta se interrumpiría de forma abrupta, lo que podría suponer la presencia de una puerta o un baluarte. Por eso, las conclusiones aseguran que “o máis probable é que permanezan restos defensivos de Ferrol Vello”.
La propuesta pasaría por ampliar las catas actuales al mayor espacio posible abogando por una conservación, aunque no se pueda confirmar totalmente el origen del vestigio. Al tratarse de una parcela que tendría en su parte baja un uso comercial, se podría aprovechar para exponerlo al público, ya sea con la ejecución de unos trabajos de consolidación para que no se dañen los hallazgos o bien con una solera de vidrio que permita su visión sin estorbar la utilización del patio del local. El arqueólogo fue claro al opinar sobre que “non hai motivos para desfacerse dos restos”.
Si estos vestigios son de la muralla medieval se pondrían en valor “uns restos ata agora pantasmas e permirtiría facer fincapé en posibles achádegos na contorna para ir casando pezas e completar o rompecabezas de Ferrol Vello, apuntó Alonso.
Con respecto a las posibles cenizas del incendio, apunta a la coherencia de que se trate de restos del fuego de 1568. Pero, además, el arqueólogo incluso indicó que también hay constancia de otro incendio anterior, en 1386 en la guerra entre Castilla y Portugal, por lo que “hai que contemplar todas as posibilidades”, apunta.
De todos modos, en este caso, se trataría de datar esas cenizas para obtener únicamente una información histórica de que esa capa está ahí.
En el caso de los restos arqueológicos, si se decide continuar con su estudio, podrían llegar a realizarse análisis de Carbono 14 o termoluminiscencia para aproximar la datación.
La delegada territorial puso en valor el trabajo llevado a cabo por la Xunta y que supone la “conservación, valoración e recuperación do patrimonio urbano, arquitectónico e cultural” en el barrio de Ferrol Vello, tal y como se lleva a cabo con el programa Rexurbe, de rehabilitación de viviendas.
En el solar donde se hallaron los restos se continúa con la tramitación, ya que se trataba hasta ahora de catas previas. “A obra está licitada, presentáronse seis empresas, cun orzamento de 900.000 euros, e se están a estudar neste momento”. Se ha solicitado ya la licencia de obra y habrá ahora que esperar al dictamen y decisión de la Dirección Xeral de Patrimonio.
Por su parte, la concejala de esta área municipal, Eva Martínez, insiste en la necesidad de que la Xunta conserve estos restos y asegura que desde el Concello “non contemplamos outra opción que a de conservar e poñer en valor a construcción atopada”, indicando que cada vez toma más cuerpo la teoría de que se trate de la muralla medieval. La concejala apuesta, además, por la ampliación de la excavación para “sacar á luz o máximo posible”.