La Virgen de las Angustias, en su advocación de la Caridad —de luto y sin su hijo ya en el colo—, volverá a ser llevada a hombros este año al completarse desde la hermandad de Esteiro una dotación de portadores suficiente. Así lo han confirmado desde el Grupo Joven de la cofradía, que está trabajando duro para preservar una tradición que se retomó el pasado año 2023, pero que había estado vigente de 1956 a 1992.
Serán un total de 18 personas las que integren la dotación, “la mayoría de ellas somos cofrades de las Angustias, pero también vienen de nuestras cofradías hermanas de la Merced y la Soledad a ayudar”, explican desde el Grupo Joven, satisfechos con la respuesta a la llamada de su titular, patrona también del barrio.
En este caso, se da la peculiaridad de que el trono no tiene sus banzos visibles como el resto de los que van portados, por lo que se distribuirán debajo de la estructura y estarán tapados por el faldón, de ahí que únicamente se les vayan a ver los pies durante la procesión. No obstante, portan a hombro la imagen y no a costal, como sí ocurre en otros lugares de España.
El Santuario de las Angustias abrirá ese día a las 9:00 horas, cumpliendo con la tradición ferrolana de recoger la limosna para el Refugio Pardo de Atín del Santo Hospital de Caridad a cambio de un ramillete de las flores que han ido adornando los pasos a lo largo de la semana.
Los donativos se van introduciendo en la arqueta de madera tallada por Guillermo Feal que después sale en procesión a las 20:00 horas. Antes de la salida, todos los cofrades —que van de riguroso luto y despojados de sus capas— hacen voto de silencio en el templo hasta su regreso.