El campo gallego se encuentra ante la “oportunidad” de volver a ser una potencia de maíz para la elaboración de piensos debido a la crisis de suministro que se vive a raíz de la guerra de Ucrania, pero los agricultores deben evaluar si “compensa” esa producción por la evolución de los precios.
En una entrevista con Europa Press, la jefa del grupo de Genética y Mejora de Maíz de la Misión Biológica de Galicia (dependiente del CSIC), Rosa Ana Malvar, recuerda que “Galicia antiguamente era la región maicera por excelencia”, pese a que actualmente ocupa el undécimo puesto en España en la producción de maíz para pienso.
En lo que sí hay “producción masiva” en Galicia es de maíz para ensilado (forrajero), con ventas a España. Pero, “el que está faltando es el maíz para pienso, que es el que se importa de Ucrania. En esta “situación coyuntural” se abren nuevos mercados de importación para resolver problemas “inmediatos”, con la llegada de cereal de Argentina o Brasil.
“Si la pregunta es: ¿Nos ponemos como locos a sembrar maíz para pienso? Vivimos en un mundo globalizado, los precios dependen de si hay mucho o poco maíz, arriesgarte en esto es difícil”, reflexiona Malvar.
Apunta al objetivo de “ser autosuficientes”, si bien “para serlo al agricultor le tiene que compensar producir los productos básicos”. “Si no le compensa, y el productor va a comprar en Ucrania o Brasil estos productos porque le sale más baratos que producirlo, se va a decantar por esa opción”, apostilla.
Pero avisa de los “problemas” que puede acarrear el abandono agrícola. Valora el ejemplo que suponen países europeos próximos, como Francia, “donde tienen un respeto máximo por asegurarse un abastecimiento de las principales materias primas, tienen una agricultura muy fuerte”.
Terrenos en barbecho
Por otro lado, en marzo, el pleno del Parlamento Europeo aprobó que la UE tome medidas para garantizar el suministro de alimentos en el mercado comunitario ante la guerra en Ucrania, como flexibilizar el uso de terrenos de barbecho para cultivos y la movilización del fondo de crisis de la Política Agraria Común (PAC). La Eurocámara incide en que la UE necesita reducir su dependencia de las importaciones de un número reducido de proveedores apoyándose en terceros países.
Posteriormente, el Gobierno publicó la norma que incluye la modificación de la normativa nacional de aplicación de la PAC para permitir la utilización para el pasto o el cultivo las superficies de barbecho en la campaña de 2022.