Miryam Fernández | “Wayalia cuida de las personas que ya se han olvidado de ellas mismas”

La directora de Wayalia A Coruña, empresa líder en asistencia domiciliaria, reivindica la importancia de cuidar a los mayores en sus hogares y recuerda que tener “ayuda” es “una necesidad”. Con la confianza y la calidad por bandera, presume de tener a los “mejores cuidadores” y adaptarse 100% a las necesidades del cliente
Miryam Fernández | “Wayalia cuida de las personas que ya se han olvidado de ellas mismas”
Wayalia

Nace en la pandemia con un objetivo claro: no abandonar a los mayores. En julio de 2020, Wayalia A Coruña abre sus puertas con el objetivo de ofrecer el “mejor” servicio de atención, con valores como la cercanía, la confianza y la calidad por bandera. Hoy son líderes en asistencia domiciliaria en toda Galicia, con un amplio abanico de servicios, desde cuidadores externos de semana, de fin de semana, internos, atención en domicilio para prevención o ayuda las 24 horas, entre otros. Realizan tanto funciones asistenciales –acompañamiento, movilizaciones o ejercicios de estimulación cognitiva– como tareas domésticas, todo adaptado a lo que la persona necesite. En palabras de su directora,  Miryam Fernández, se encargan de “todo” para que el cliente solo tenga que decidir “qué, cuándo y dónde”.

 

Wayalia abre en un momento muy complejo.
En el peor. Seguridad Social nos decía que cuando una persona mayor estaba contagiada, no la podíamos cuidar. Nosotros le hicimos frente. No íbamos a abandonar a la gente mayor. Tuvimos momentos muy duros, pero a mí me podían más las ganas. Había gente que nos llamaba desde el hospital y nos decían ‘voy a entrar en Urgencias, te dejo las llaves debajo del felpudo porque he dejado a mis padres solos y necesito que alguien los cuide’.

 

Para abrir así las puertas de una casa hay que depositar mucha confianza...
Sí. El tipo de cliente que nosotros tenemos ya sabe cómo trabajamos. La empatía la gestionamos de manera muy profesional para que el cliente esté tranquilo. Pero no nos enfocamos sólo en los mayores, cuidamos también de aquellas personas que ya se han olvidado de ellas mismas. Tenemos una clienta que nos contrató hace muy poquito. Se llama Clara, tiene 41 años y cuida de su padre en su casa de A Coruña centro. Ella tenía que ir al médico y como cuidaba de su padre no fue. Un día se cayó en la cocina y fue terrible. Hoy en día cuidamos de Clara y de su padre.

 

El síndrome del cuidador... ¿Es difícil delegar?
Exacto. Al principio es difícil, pero nosotros le damos la oportunidad al cliente de que primero conozca a los cuidadores y decida a quién quiere en casa. Ahí bajan muchísimo los niveles de estrés. De hecho, nuestro pico más alto de contrataciones es cuando llega el verano porque los clientes se van de viaje y nosotros nos ocupamos de lo que más quieren.

 

¿Es normal tener dudas y miedo a la hora de contratar al cuidador? 
Es que no es que sea una opción, es una necesidad. Mucha gente se cree que contratar ayuda es un lujo. Pero, ¿es un lujo tener calidad de vida? En Wayalia nos encargamos de todo.

 

¿Por qué es importante cuidar a los mayores en casa?
Es importantísimo. En una residencia, un cuidador trabaja con 16 personas. El cliente es un número y ya está. Aquí no es así. Wayalia pide calidad humana a los cuidadores, ser profesionales, empatizar mucho y que se anticipen a sus necesidades.  

 

Presume de tener a los “mejores cuidadores” en plantilla. 
La ventaja es que no tenemos límite de edad. De hecho, tenemos gente mayor que son grandes cuidadores porque empatizan. Además, los salarios son intocables. Cuando además decimos que hay una formación, el teléfono no para de sonar. Hacemos capacitaciones para trabajar con personas que tienen alzheimer, demencia, cáncer, clientes con alimentación por sonda... Wayalia parece una empresa pequeña pero tenemos una barbaridad de servicios y estamos creciendo. Somos más de 35 oficinas a nivel nacional. Eso significa que estamos haciendo las cosas bien.

 

¿Qué les diferencia? 
El trato humano. Y, sobre todo, que nuestro cliente es inteligente. Wayalia no tiene intermediarios. Realizamos todas las gestiones y el cliente sólo tiene que abonar la nómina del cuidador.

 

Esa ayuda, ¿realmente supone un cambio de vida para muchos? 
Sí. Recuerdo a un cliente, que ahora cuidamos, al que llamamos ‘el hombre que nunca lloró’. Él cuidaba a su mujer, que estaba en una situación de dependencia prácticamente total, y nunca se quejó. Pero cuando ella falleció, se rompió por completo. Hay personas que se quieren ocupar de todo y cuesta mucho pero, cuando logramos que nos dejen ayudarlos, son felices los dos.

 

¿Hay que romper ese tabú de que no es malo pedir ayuda? 
Sí. Sobre todo, que se informe la gente. Hay que saber diferenciar muchísimo cuando la información es 100% real. Nosotros somos una oficina física. Y el cliente debe saber que antes de contratar un servicio tiene que existir una oficina. Estamos a pie de calle y, si tienes alguna duda, llamas y enseguida te van a contestar el teléfono.

 

¿Qué le recomendaría a las familias con mayores a su cargo?
Muchos clientes no saben que existe un bono de ayuda en el entorno del hogar. El cliente puede obtener hasta 417 euros al mes, según cada caso, para que puedan tener al cuidador de Wayalia en su casa y que esto no suponga un gran gasto para las familias. En Wayalia, los presupuestos son los que están legislados por ley. Con lo cual, el cliente aquí ahorra muchísimo.

 

Wayalia también está muy comprometida con la inmigración. 
Yo he estado más de 16 años fuera de España. Justo volví en la pandemia y me reconstruí. Los gallegos  somos inquietos y, cuando se habla de la inmigración, sentimos que se habla también de nosotros. Hemos visto que el Real Decreto 1155/2024 (el nuevo reglamento de extranjería) va a dejar en una situación muy difícil a una gran parte de los migrantes. Si hay algo que no le gusta nada a Wayalia, es la economía sumergida. Tenemos que defenderlo porque así estaremos defendiendo también nuestros propios derechos e intereses como país . 

Miryam Fernández | “Wayalia cuida de las personas que ya se han olvidado de ellas mismas”

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