A Conserveira es una pequeña empresa que nació en a Pobra do Caramiñal, en las Rías Baixas. Detrás de este proyecto se encuentran Pascual Tarrón, CEO de la empresa; y Diego González, como director comercial. Son fabricantes de conservas de pescados y mariscos de alta calidad desde el año 1994. Hace dos años nació A Conserveira, el que González define como “un capricho personal”, donde combinan la artesanía y la tradición en el proceso de producción, respetando las épocas de captura y el entorno natural. 

Cuentan con dos gamas de producto: “selección” y “tradición”. “Selección” es la marca exclusiva de conservas procedentes de las Rías Gallegas que seleccionan y envasan a mano una a una, continuando así, el legado de las artes conserveras tradicionales. Es un producto de calidad que se captura exclusivamente en épocas de campaña. Por otra parte nos encontramos con “tradición”, que es una gama de productos gourmets exclusivos que satisfacen los paladares del público más exigente. 

Si algo quieren destacar son los bivalvos gallegos que utilizan: “son sin lugar a dudas nuestro buque insignia. El mejillón, por ejemplo, lo cogemos de la batea; lo cocemos y lo desconchamos; después, lo freímos en aceite de oliva; le cortamos el pelo y hacemos el escabeche. Todo el proceso lo realizamos nosotros mismos. Otro de los productos que nos diferencia son las navajas. Utilizamos navajas de las Rías Gallegas: tanto al natural como en aceite de oliva”. 

“Somos de los pocos artesanos que utiliza pulpo gallego para las conservas. Además somos innovadores en el tema de merluza del pincho de Burela. Ahí contamos con cuatro gamas: somos los únicos que hacemos ventresca de merluza, lomos, cocochas y huevas de merluza. Todo en fresco, menos la ventresca, evidentemente. El 90% de nuestros productos proceden de las Rías Gallegas, menos el atún, que lo traemos de diferentes puntos del mundo”, destaca Diego. 

En la actualidad, quieren dar un paso más: “nos estamos centrando en la sostenibilidad de los productos que utilizamos. Nuestras redes son biodegradables en el mar, y son las mismas que después utilizamos para atar los mejillones en las cuerdas de las bateas. Además, reciclamos para expositores de nuestros productos las puntas de las bateas y presentarlos así en ferias”, añade.