Cristina Alonso Pascual (EFE)
Las comidas de películas como 'Alicia en el país de las maravillas', 'Ratatouille', 'Pulp Fiction' o 'Shrek' pasan de la gran pantalla a la mesa de algunos restaurantes de Londres. Con 'Taste Film', los espectadores pueden formar parte de los largometrajes y compartir alimentos y bebidas inspirados en los que toman algunos de sus personajes favoritos.
Ese era el objetivo de su fundadora, Amy Fernando, que obtuvo la idea de este proyecto al buscar una forma de unir sus dos pasiones: la comida y el cine.
Las comidas de películas como 'Alicia en el país de las maravillas', 'Ratatouille', 'Pulp Fiction' o 'Shrek' pasan de la gran pantalla a la mesa de algunos restaurantes de Londres.
Una escena de 'Uno de los nuestros' (1990, Martin Scorsese), en la que sus protagonistas preparan una cena en prisión, fue la que sirvió como chispa de ignición de quien en ese momento era profesora de Estudios Fílmicos.
"Quería vivir la escena, compartirla y acercarme a los personajes", contó a EFE, a lo que agregó que espera "romper la cuarta pared" con la participación activa del público en el metraje.
Un ejemplo de una de las experiencias fílmicas y culinarias que el año pasado vendieron unas 20.000 entradas es 'Alicia en el país de las maravillas'.
En Parlour, uno de los dos restaurantes asociados al proyecto, a la vez que se emite el filme basado en el libro de Lewis Carroll, el público va interactuando con la escena a través de la comida y la bebida.
Así, tendrá que beber y comer de la botella y de la tarta que rezan, respectivamente, "Bébeme" y "Cómeme", al mismo tiempo que la protagonista de la historia.
También podrá disfrutar de una fiesta del té junto al Sombrerero Loco o crear una poción para cambiar de tamaño mezclando el contenido de distintos recipientes, como si de un proceso de alquimia se tratara.
La experiencia se inicia desde el momento en el que se abre el menú, repleto de colores en el caso de la película de Tim Burton, y que obliga a que los asistentes usen la imaginación y las herramientas puestas a su alcance para poder leerlo.
'Alicia en el país de las maravillas' es tan solo una de las dos películas emitidas en marzo, que serán sustituidas en abril por 'Lluvia de albóndigas' y 'Matilda', y en mayo por 'Chef' y 'Los juegos del hambre'.
Aunque las películas varían, para Fernando todas comparten el común denominador de la nostalgia: "La gente ya tiene una conexión emocional con estos largometrajes, lo que creo que es una de las razones principales de nuestro éxito".
Durante la emisión, a la vista y el oído, sentidos a los que se suele limitar el visionado de una película, se agregan el gusto, el tacto y el olfato, que hacen que sumergen al público en la pantalla, logrando la experiencia sensorial que Fernando buscaba con el proyecto.
De esta manera, los metrajes generan una emoción distinta en los asistentes, que no solo los ve, sino que también los experimenta, y obtiene, así, un rol más activo que el del espectador tradicional.
"Ya no solo eres parte de la audiencia, sino que te conviertes en un participante más del largometraje", consideró su fundadora, cuya meta es llegar a las personas que quieren experimentar y llevar el cine "a otro nivel".
Quizás la experiencia no se pueda definir mejor de lo que lo hace la propia Alicia en el libro de Lewis Carroll: "Estoy segura de que, si como o bebo algo, ocurrirá algo interesante".