Los cascos azules españoles desplegados en Líbano bajo mandato de Naciones Unidas siguen refugiados en los búnkeres, han pasado allí catorce horas, sólo hacen salidas de logística indispensables, "nunca de patrullas", y siempre lo hacen en colaboración con las fuerzas armadas libanesas.

De estos detalles ha dado cuenta la ministra de Defensa, Margarita Robles, en declaraciones en los pasillos del Congreso ante el recrudecimiento de los ataques entre Israel y la milicia de Hizbulá.

Según la ministra, los 650 militares desplegados en Líbano están "con la moral alta" y su papel "es muy valorado".

Robles ha señalado que la situación en la zona es muy complicada, hay muchas víctimas civiles y los militares españoles "están cumpliendo con su misión y con todas las medidas de seguridad".

Fuentes de Defensa han señalado que cuentan con la ventaja de que Israel avisa con antelación de cuando va a atacar las posiciones de la milicia y los soldados pueden correr a los refugios.

Sobre la situación de los civiles españoles, unos 900, las fuentes no tienen una información específica.

El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares ha desaconsejado esta misma semana a los ciudadanos españoles viajar al Líbano, instado a que lo abandonen los que ya estén allí por turismo, tránsito o trabajo, y ha asegurado que existe un plan de evacuación para ese millar registrado en el consulado, que se activará inmediatamente si lo aconsejan las circunstancias.

Robles ha asegurado que están en contacto permanente con el destacamento español para ver cómo van evolucionando los acontecimientos y desde Defensa apuntan los ataques deberían acabar este miércoles ya que el Ejército israelí comunicó que durarían 72 horas.