Un diplomático ruso se niega a abandonar el terreno donde Rusia tenía prevista la construcción de una nueva embajada en Camberra, después de que Australia cancelara el proyecto tras aprobar una ley para desalojar ese espacio por "seguridad nacional".
El hombre, cuya identidad no ha sido revelada, ha estado viviendo en la parcela antes destinada a la legación rusa durante varios días, pidiendo comida a domicilio y vigilado por la Policía Federal de Australia, que en principio no le puede evacuar porque dispone de inmunidad diplomática, según el periódico The Australian.
"Un tipo sentado en el frío sobre una brizna de hierba en Camberra no es una amenaza para nuestra seguridad nacional”, dijo este viernes en tono jocoso el primer ministro australiano, Anthony Albanese, durante una rueda de prensa.
El Parlamento de Australia aprobó la semana pasada una ley exprés con el objetivo de bloquear la construcción de la nueva embajada de Rusia en la capital australiana, que se encontraba a escasos 100 metros de la sede del Legislativo.
La medida, que rescindía de inmediato el contrato de cesión del terreno facilitado, fue tomada a raíz de una recomendación del comité de seguridad nacional al alegar que la nueva delegación diplomática rusa supondría un riesgo "en términos de interferencia" política con las actividades del Parlamento del país oceánico.
El terreno, bajo un contrato de arrendamiento desde 2008 y con licencia de obra desde 2011, solo cuenta con un pequeño edificio cuya construcción parece interrumpida desde hace tiempo.
Mientras tanto, Rusia, que se comprometió a terminar la obra en un plazo de tres años, mantiene a sus diplomáticos en Australia en la antigua embajada, a unos 3 kilómetros de distancia del Legislativo.
Según el canal público ABC, Rusia parece estar preparando una moción para recurrir de manera legal la decisión tomada por el Gobierno australiano.
La ministra australiana de Interior, Clare O'Neil, defendió hoy la actuación de su Gobierno al recordar que la nueva embajada rusa se iba a construir "a tiro de piedra" del Parlamento.
Por su parte, Moscú condenó la semana pasada el paso "hostil" de los legisladores australianos al calificarlo de "rusofobia" y aseguró que lo tendrán en cuenta en el futuro para asuntos que requieran "reciprocidad".
Australia ha condenado en diversas oportunidades la invasión rusa de Ucrania y ha aplicado sanciones contra más de mil líderes, empresarios y organizaciones de Rusia, mientras ha enviado a Kiev ayuda humanitaria y militar, una de las más significativas fuera de la OTAN.