Grecia decidió este martes reducir de diez a cinco días la cuarentena obligatoria para los contagiados con covid asintomáticos o con síntomas leves, en vista de que la explosión de casos de la variante ómicron -más contagiosa pero aparentemente con un desarrollo menos grave que la delta- que amenazan con paralizar el funcionamiento del país.
El Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) tomó esta decisión tras conocerse que la variante ómicron se ha convertido en la prevalente en Grecia en cuestión de solo unos días, y en la región capitalina de Atica ya supera el 70 % de los casos.
Se espera que el número de contagios se acerque hoy a los 20.000, duplicando así el récord histórico alcanzado el lunes, según los datos recogidos hasta el momento sobre la jornada del martes.
Las personas que podrán acortar la cuarentena son aquellas que no tienen en absoluto síntomas, o que los han tenido pero ya no tienen fiebre y ven que las demás molestias están en retroceso, según las directrices del CDC.
Los profesionales de la salud solo podrán regresar al trabajo con una prueba negativa.
Las reglas de aislamiento son para personas infectadas, tanto si han sido vacunadas previamente o no, y la cuarentena comienza el día en que el paciente da positivo en una prueba.
Al final de los cinco días, si no tiene síntomas, puede volver a sus actividades normales, pero debe usar mascarilla en todas partes, incluso en casa con otras personas, durante al menos otros cinco días.
El Gobierno no se cansa de urgir a la población que se inocule y a pesar de que la vacuna será obligatoria para los mayores de 60 años a partir del 15 de enero, tan solo el 65 % de los ciudadanos han recibido la pauta completa y e 30 % la dosis de refuerzo.
El Ejecutivo del conservador Kyriakos Mitsotakis endureció varias veces, en tan solo cuatro días, las medidas de protección y no excluyó ordenar precauciones adicionales.