Este lunes comenzaron los trabajos en el cementerio naronés de O Val, por parte de un equipo multidisciplinar de la USC y del Imelga, para tratar de localizar los restos de 51 personas asesinadas en 1936 durante la sublevación militar.
Las tareas empiezan a dar sus frutos en la mañana de este martes, cuando uno de los expertos ha localizado en una de las catas, a unos 25 centímetros de profundidad, un casquillo de bala. Fue el pasado mes de octubre cuando los expertos emplearon un georradar con el objetivo de localizar las posibles fosas comunes del cementerio.
Horas después, la excavación dejó a la vista un nuevo hallazgo. En este caso, los vestigios de una suela de zapato y de un botón. Sin embargo, el antropólogo forense que lidera la intervención, Fernando Serrulla, apunta a lo “extraño” de la postura en la que se encontraron –hacia arriba–, por lo que no se aventura a realizar ningún tipo de determinación hasta que prosiga la investigación.
Mientras, el presidente de la Asociación Cultural Memoria Histórica Democrática, Manuel Fernández Pita, explica que en la exploración del nicho que había señalado un vecino (y que perteneció a un antiguo sacerdote de la parroquia) se encontraron tres bolsas diferentes, con restos que se corresponderían a 13 personas. Los cráneos encontrados se corresponden con dos mujeres jóvenes, que no presentan signos de violencia.
Los trabajos de excavación continuarán en el camposanto naronés. El objetivo de los mismos es dar con los restos de los 32 miembros de la dotación del acorazado “España”, fusilados el 26 de diciembre de 1936, así como otros dos del “Contramaestre Casado”. Mientras, el 30 de noviembre de aquel fatídico año fueron asesinados también diez tripulantes del navío de vapor “Dómine” y, en diversas fechas, otras siete personas más.
La fosa del cementerio de O Val podría ser una las de mayor envergadura de Galicia, después de la ubicada en Serantes (Ferrol). Son muchos los vecinos de la zona que continúan buscando a sus familiares.