La educación en el hospital

Él Hospital  Clínico Universitario de Santiago de Compostela fue uno de los primeros en abrir un aula en la que los niños ingresados, sobre todo los de larga duración, pudiesen seguir sus estudios y de este modo no perder un tiempo que es muy precioso en las primeras épocas de la escolarización. La iniciativa compostelana, que lleva el nombre Camilo José Cela, nació a través del departamento de Pediatría dirigido por el proferor Peña Guitián, siendo su primera directora la profesora de educación especial, Ruth Gómez Vázquez.


Las aulas hospitalarias, que comenzaron a funcionar en los años finales de la década de los 50 del siglo pasado, proporcionan educación a niños/as y adolescentes que deben permanecer en hospitales durante largos períodos como consecuencia de enfermedades o condiciones médicas prolongadas. Se trata de un espacio educativo dentro del recinto hospitalario dedicado a atender las necesidades académicas y que tiene como objetivo principal el de garantizar la continuidad educativa de estos estudiantes, minimizando el impacto negativo de su hospitalización en su desarrollo académico y personal.


Son lugares donde se proporciona apoyo académico que es clave para que el alumno/a continúe con su aprendizaje y de este modo no interrumpir su formación en períodos en los que no puede acudir a las aulas.Estas dependencias funcionan de manera coordinada con los centros escolares de origen de los estudiantes y el personal médico del hospital. El proceso para su desarrollo y puesta en marcha incluye una evaluación inicial con un doble nivel: el estado de salud y las necesidades educativas que tiene cada alumno. De este modo se elabora un plan educativo individualizado que adapta el currículo escolar a las condiciones del alumno y se  lleva a cabo una evaluación de seguimiento.


En todo este proceso, que es único pero muy variado teniendo en cuenta las características de los alumnos y el internamiento hospitalario, desempeña un papel fundamental y decisivo el profesional que está al frente del aula. Además de sus conocimientos educativos y de formación académica, trabajar en un aula hospitalaria requiere una serie de habilidades y conocimientos específicos. Citaremos algunos como son los de comprender y responder adecuadamente a las necesidades emocionales y psicológicas de los estudiantes hospitalizados; adaptar métodos y materiales educativos a las circunstancias cambiantes y las limitaciones físicas de los niños/as; comunicarse de manera clara y efectiva, y entender las condiciones médicas básicas y sus implicaciones en el aprendizaje y la participación en actividades educativas.


Los niños y niñas ingresados pueden seguir su apendizaje de los distintos ciclos educativos por medio de un plan de formación que es flexible, dinámico y abierto y que  no está condicionado por plazos de tiempo. La dinámica es muy similar a la del entorno escolar y los alumnos reciben una atención individual y adecuada a sus capacidades. Se trata de una atención integral que va más allá del plano académico ya que recibe apoyo emocional. El método pedagógico está condicionado por el diagnóstico clínico y las consecuencias derivadas de la medicación o de la propia enfermedad de los pacientes asistentes al aula hospitalaria.


Recientemente he leído informaciones en las que se da cuenta de que se debe producir una mejor coordinación para la escolarización de los niños/as que permanecen durante mucho tiempo en dependencias hospitalarias. En todo el proceso desempeña un papel fundamental la administración educativa. Con ello no solo se favorecerá el desarrollo de los estudiantes sino que se ayudará a las familias que muchas veces se ven inundadas por el papeleo burocrático.

La educación en el hospital

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