Las batallas inútiles conducen a la melancolía. Pienso en esto mientras escucho a dirigentes del PP y a algunos de sus seguidores mediáticos asegurando que Pedro Sánchez no podrá resistir toda la legislatura y que terminará adelantando las elecciones. Por eso muchos se frotaban las manos pensando que el jueves, Junts, el partido de Carlos Puigdemont, no votaría el Techo de Gasto previsto por el Gobierno para el 2025 y eso colocaría al Gobierno en una situación complicada.
Pero Sánchez es mucho Sánchez y ha tirado por el camino de en medio, retirando su proyecto de Techo de Gasto.
Una jugada que ha dejado descolocados a sus oponentes, que ya se frotaban las manos por adelantado, ante la que se preveía una derrota del Gobierno. Mientras tanto, desde Moncloa, se han apresurado a echar la culpa al PP de que no salga adelante ese tan traído y llevado Techo de Gasto como paso previo a los Presupuestos Generales del Estado.
Por lo pronto el Gobierno ya está negociando con Junts y el resto de sus socios para garantizarse sus votos cuando, de nuevo, puede ser la próxima semana, el Congreso aborde el Techo de Gasto. Pero la pregunta es qué pasará si Junts se niega de nuevo a votar esa propuesta.
En mi opinión no pasaría nada. Seguro que Sánchez y sus “fontaneros” ya tienen previstos varios escenarios para responder a cualquier contratiempo.
Así que, partiendo de la premisa de que gobernar sin Techo de Gasto y sin Presupuestos es harto difícil, yo diría que Pedro Sánchez cuenta con una baza importante y es que la oposición es inane. Por una parte está Vox, cuya existencia es un regalo de votos para el PSOE, por otro el PP, cuyo líder no parece capaz de conformar un equipo solvente y una línea de oposición que conecte con la mayoría de los ciudadanos. Quizá pueda resultar excesivo decir que la labor de oposición que lleva a cabo el PP hasta ahora no es demasiado relevante.
De manera que aunque la próxima semana, en caso de que el Gobierno presente otra vez el Techo de Gasto y perdiera la votación, o por el contrario decidiera seguir manteniéndolo congelado, no creo que ninguno de los dos escenarios provoque un temblor en los cimientos sobre los que se asienta el poder de Pedro Sánchez.
Quizá en las filas del PP deberían de aprender que no hay que hacer planes sobre la piel del oso antes de cazarlo porque este tipo de frustraciones solo conduce a la melancolía.