El alcalde de Pontedeume, Bernardo Fernández, fue condenado –en una sentencia dictada por el Juzgado de Primera Instancia e Instrución número 4 de Betanzos– a una pena de multa de 180 euros y una indemnización de otros 100 por un delito de lesiones leves a una hostelera de la villa.
Los hechos tuvieron lugar el pasado mes de septiembre, concretamente el día 11, cuando la mujer reprochó al alcalde que no le hubiese dado permiso para instalar una barra en el exterior de su local durante la celebración de las fiestas patronales.
En su escrito, la jueza da por probado que el socialista la agarró y empujó, causándole una crisis de ansiedad y una lesión.
Por su parte, y a preguntas de este Diario, el regidor eumés indicó que presentará un recurso de apelación ante la Audiencia Provincial.
“Llegaré hasta donde haga falta para demostrar mi inocencia”, asegura Bernardo Fernández, “a pesar de la levedad de los hechos denunciados, la verdad está por encima de todo”.
Sus abogados consideran que no se respetaron sus derechos procesales, ya que no se les permitió presentar todas las pruebas de las que disponían para demostrar la falsedad de los hechos denunciados; y es que el regidor en ningún momento empujó a la hostelera denunciante, tal y como esta asevera.
“Hay un importante número de testigos que pueden acreditar que non existió en ningún momento el empujón al que se hace referencia”, tras ser increpado por la denunciante en plena calle en presencia de numerosos vecinos y vecinas, por haberle denegado, junto a otros hosteleros, la instalación de una barra en la vía pública.
Fernández considera que “son constatables y evidentes las contradicciones que evidencian la no coincidencia entre lo que se consideran hechos probados y los testimonios de los testigos y las pruebas existentes”.