El incierto futuro de Reciclaterra, el aula didáctica abandonada en Mougá que costó 1,4 millones

El incierto futuro de Reciclaterra, el aula didáctica abandonada en Mougá que costó 1,4 millones
El cartel de entrada a Reciclaterra, con el mirador al fondo | Jorge Meis

Los que fueron escolares en Ferrol entre el 2006 y el 2012, recordarán haber pasado por el aula didáctica Reciclaterra. Miles de niños y niñas ferrolanos estuvieron en sus instalaciones, ubicadas donde se encontraba el antiguo vertedero de basuras de Mougá, para aprender a darle una segunda vida a los desechos. Sin embargo, desde hace más de una década, sus puertas no han vuelto a abrirse y la maleza creciente ha convertido la zona en una suerte de plató de grabación de una serie distópica.

 

El pasado 6 de febrero se cumplieron 20 años desde que el conselleiro de Medio Ambiente, por aquel entonces el popular Xosé Manuel Barreiro, inauguraba la obra de sellado del vertedero en Mougá, que supuso el soterramiento de una superficie de unos 93.000 metros cuadrados. Avanzábamos entonces en Diario de Ferrol que "en breve" se licitaría el proyecto para la clausura de la planta de compostaje, que se convertiría "en un aula didáctica a la que se destinarán 1.400.000 euros"

 

Aunque en julio de 2005 el edificio estaba listo y equipado para empezar con la actividad y los talleres, su apertura oficial se demoró unos meses por motivos burocráticos. Básicamente, el problema se explica por disputas políticas: mientras que el Gobierno local estaba capitaneado por el popular Juan Juncal tras su pacto con Independientes por Ferrol, en la Xunta de Galicia, quien puso los fondos y los terrenos, había cambiado de signo político y era el bipartito PSOE-BNG quien estaba al mando.

 

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La maleza también se ha 'comido' la señaléctica | Jorge Meis

 

Limadas las discrepancias y dejado un tiempo de asentamiento del terreno, entre finales de 2006 y principios de 2007 Reciclaterra abrió finalmente sus puertas para convertirse en un punto de referencia. Durante sus algo menos de seis años de vida, una media de 7.500 personas pasaban anualmente por sus instalaciones para ver las exposiciones, con paneles explicativos sobre reciclaje; pero, sobre todo, eran los talleres que se impartían los que consiguieron enganchar al público y a los centros de enseñanza, que vieron en ella un recurso de aprendizaje fuera del aula.

 

2012, el año del cerrojazo

 

La empresa SEAS fue la última adjudicataria del contrato de dinamización del recinto tras una mesa de contratación celebrada en abril de 2011, embolsándose un total de 64.595 euros (impuestos incluidos) por dos años de trabajo. Las monitoras se encargaban de ofrecer información e impartir las distintas actividades, planificadas para divulgar entre el alumnado la reutilización de los recursos que desechamos como el plástico, el vidrio, la ropa o el aceite usado. Los colegios acudían unas tres veces por semana y el público podía hacerlo de martes a viernes de 10:00 a 16:00, y los sábados, domingos y festivos de 11:00 a 14:30 horas.

 

El cerrojazo llegó en 2012 por problemas de seguridad relacionados con la inclinación del suelo. El Gobierno local de entonces, que lideraba como ahora el popular José Manuel Rey Varela, tomaba la decisión después de las denuncias que se habían trasladado desde SEAS y tras la visita a las instalaciones a finales de marzo de técnicos municipales, personal de la Xunta de Galicia y encargados de la empresa que se ocupó de la regeneración de la zona, constatando que era recomendable cerrar Reciclaterra "hasta nuevo aviso".

 

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El horario todavía se puede consultar en la caseta | Jorge Meis

 

El edil de Urbanismo en aquel 2012, Guillermo Evia, confirmaba una semana después que la empresa que construyó el edificio sería la encargada de proponer la solución y hacer las obras pertinentes para sanear los daños en la estructura sin coste alguno para las arcas del Concello porque estaría en garantía. Aludía entonces el concejal a "deformación de elementos estructurales" que afectaban a los cimientos, ahondando en que estaba "mal construido" y que no era problema de asentamiento del terreno. 

 

Propuestas para Reciclaterra

 

Reciclaterra dejó de aparecer en la agenda política y mediática hasta dos años después, cuando en 2014 el Gobierno de Rey Varela propuso trasladar allí el Aula de Ecoloxía Urbana que estaba por entonces en el Parque Reina Sofía. La oposición en pleno se negó y consiguió paralizar el traslado a Mougá, pero no logró evitar que se reubicase en el Cantón de Molíns para dejar paso a una cafetería en su primer emplazamiento. Tres años más tarde, en el borrador de los presupuestos de 2017 que promovía Ferrol en Común y que nunca se llegó a aprobar, figuraba el compromiso de la recuperación de Reciclaterra.

 

Finalmente, los últimos en acordarse de estas instalaciones fueron los nacionalistas en 2021. El portavoz del BNG de Ferrol, Iván Rivas, propuso la recuperación de la propiedad para convertirla en una gran zona verde que funcionase como parque público. Sugerían al Ejecutivo de Ángel Mato que se usasen las instalaciones para albergar un centro dedicado a la energía y a los residuos, tal y como se recogía para la ciudad de Ferrol en el Plan de Acción de la Agenda 21, y recuperar así "o abundante e rico patrimonio paisaxístico existente na cidade e que a día de hoxe se atopa en situación de abandono e deterioro".

 

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Las escaleras de caracol de acceso al mirador están totalmente oxidadas | Jorge Meis

 

Acercarse por el antiguo vertedero de Mougá es toda una aventura y supone a la vez un peligro —como puede comprobarse en esta galería de imágenes— puesto que no cuenta con un precinto que impida el acceso a los tres elementos que formaban parte de Reciclaterra: un gran tubo metálico, una caseta de madera donde se impartían los talleres, y un mirador en altura al que se accede por una escalera de caracol que está completamente oxidada. Las malas hierbas crecen ocultando incluso las señales que indican que un día hubo allí un aula didáctica.

 

Un futuro aun por decidir

 

Desde el Concello de Ferrol, aseguran que uno de los propósitos del mandato es poder recuperar el edificio. Conscientes de su estado de deterioro y de la inversión que tendrán que asumir para ponerlo en marcha, su deseo es establecer un diálogo con la Agrupación de entidades vecinales de la Zona Rural "para abordar sus posibles usos y poder consensuar su futuro con ellos", apuntan a este periódico, incidiendo en que "todavía está por determinar" un proyecto que logre sacar a Reciclaterra de la maleza.

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