De los 337.380 bebés que nacieron en 2022 en España, el 75 % lo hicieron por parto vaginal natural y el 25 % por cesárea, un método que los expertos en Ginecología y Obstetricia aconsejan solo cuando la salud de la embarazada y el feto estén en riesgo o su situación clínica no sea adecuada.
Con motivo del Día Internacional de la Obstetricia y la Embarazada que se celebra cada 31 de agosto, la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) ha querido destacar el papel fundamental que estos profesionales desarrollan para la salud y cuidado de las mujeres embarazadas y durante el parto, el puerperio y primeros días de vida de sus bebés.
En este sentido, la sociedad científica recalca que los obstetras y las matronas atendieron el año pasado más de 332.000 partos en los hospitales de España, en los que nacieron 337.380 bebés, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).
Tres de cada cuatro nacimientos se produjeron por parto vaginal natural y el 25 % restante por cesárea, una cifra que "se está intentando minimizar" en España. La SEGO recomienda este método solo cuando la salud de la embarazada y el feto se pongan en riesgo y su situación clínica no sea la adecuada.
Además, los casi 5.000 profesionales de Obstetricia y Ginecología atienden más de 7 millones de consultas al año en los hospitales españoles.
El objetivo de la labor del profesional de Obstetricia es, en definitiva, "mejorar la salud y bienestar de las embarazadas, de manera que tengan un embarazo saludable y sin complicaciones en el parto, y mejoren su experiencia".
Gracias a su labor, la mortalidad de las mujeres durante el parto ha continuado reduciéndose en España y en 2020 solo se produjeron 12 fallecimientos maternales; también se ha logrado una disminución significativa en el índice de partos prematuros y en el número de recién nacidos con patologías congénitas no tratadas.
Sin olvidar la importancia del papel del obstetra y ginecólogo en cuestiones como la detección y atención a las mujeres víctimas de violencia de género y/o agresión sexual, concluye la SEGO.