La voz es nuestra identidad sonora. Es uno de los recursos de comunicación más importantes de los que disponemos y expresa gran parte de nuestra personalidad. El 16 de abril se celebra el Día Mundial de la Voz, con el objetivo de crear conciencia sobre la importancia de los cuidados para evitar problemas relacionados con las cuerdas vocales, como la afonía y la disfonía. ¿Sabes cuál es la diferencia?
“La afonía es una patología que produce la pérdida total de la voz y la disfonía representa solamente la pérdida parcial de la misma. Aunque comúnmente se utiliza el término afonía para englobar ambas, las disfonías son mucho más frecuentes”, puntualiza Sara Dopico, logopeda del Hospital Ribera Juan Cardona.
“Ambos casos suelen tener un detonante común: una causa orgánica o funcional. Las disfonías orgánicas pueden ser congénitas o adquiridas (por infecciones, traumatismos, cirugías...) y las funcionales son secundarias a una mala técnica vocal, un abuso de la voz o condiciones laborales adversas. En cualquier caso, cuando las disfonías o afonías se mantienen o repiten en el tiempo hay que pedir cita con un otorrino para que valore el caso en particular y se tomen las medidas oportunas”, continúa.
Las disfonías persistentes pueden requerir de una intervención quirúrgica o rehabilitadora. En la medida de lo posible se busca un enfoque conservador y, si el caso lo permite y los especialistas lo consideran oportuno, se prioriza la rehabilitación que se enfoca en trabajar individualmente con el paciente a partir de sus hábitos, su capacidad vocal y las lesiones, si existen.
“El logopeda es el profesional que se encarga de este tratamiento rehabilitador y, entre sus funciones están las de valorar y programar las necesidades del paciente antes de la intervención directa, que empezaría con indicaciones para mantener un buena higiene vocal (hidratación, conocimiento de hábitos nocivos o acondicionamiento de la alimentación y el descanso), técnicas de calentamiento y relajación, corrección de la postura y el patrón respiratorio así como pautas de vocalización, resonancia y fluidez”, explica Sara Dopico.
Pautas para cuidar la voz
“La disfonía es un trastorno muy frecuente que afecta a toda la población y es importante acceder a unos conocimientos básicos para minimizar el riesgo de aparición. Mantener una buena hidratación, no gritar ni susurrar, evitar el aire acondicionado, evitar el tabaco, el alcohol y la cafeína por sus propiedades diuréticas, así como las infusiones o caramelos de menta y eucalipto y las bebidas excesivamente frías o calientes son algunas de las medidas que podemos tomar para mantener buenos hábitos vocales”, recomienda la logopeda del Hospital Ribera Juan Cardona.
Hay profesiones que son mucho más exigentes con la voz, como las de puestos de atención al público, profesores, periodistas, actores, cantantes o algunos servicios de hostelería, por ejemplo. El apoyo de un logopeda puede ayudar a evitar las afonías y a mejorar los hábitos para cuidar de las cuerdas vocales.
También los cantantes pueden mejorar su técnica con el apoyo de un logopeda. “Además de trabajar con técnicas de respiración, calentamiento, relajación y flexibilidad de cuerdas vocales, resonancia o colocación de la voz, pueden trasladarse las pautas de la voz hablada a la voz cantada", añade.
¿Se puede llegar a cambiar el timbre de nuestra voz con rehabilitación y entrenamiento?
“El timbre es el DNI de nuestra voz, la cualidad que permite distinguir una voz de otra. Depende en gran medida de la anatomía de nuestro órgano fonatorio aunque, al igual que el tono, puede modificarse con trabajo vocal”, comenta Dopico. “Esta demanda suele darse en personas que se dedican al canto, tanto de forma profesional como amateur, aunque también puede existir un interés más personal como la feminización o masculinización de la voz”.
Remedios caseros
Todos hemos recurrido a los consejos de nuestras abuelas cuando nos falla la voz, y entre los más habituales están el vaso de leche con miel o una cucharada de miel con limón. ¿Son realmente efectivos?
“Hay alimentos como la manzanilla, la miel, el propóleo o el jengibre que son beneficiosos por sus propiedades antiinflamatorias”, confirma la logopeda que además propone otras opciones: “consumir muchas frutas, verduras y alimentos ricos en vitaminas A, E y C también es una buena opción si se busca proteger la mucosa de las cuerdas vocales”.
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