Con las vacaciones de verano hay un cambio importante en las rutinas de los más pequeños de la casa: más calor, más tiempo libre y más movilidad. Las patologías y los incidentes que pueden sufrir los niños varían sensiblemente con respecto a las que venían afectándoles en los meses más fríos.
El doctor José Ramón García, jefe del servicio de Pediatría del Hospital Ribera Juan Cardona, comparte recomendaciones para evitar golpes de calor, deshidrataciones y lesiones en los más pequeños durante la época estival.
“Hay un incremento de los cuadros infecciosos a nivel gastrointestinal e intoxicaciones alimentarias debidos al calor y las comidas fuera de casa. También se da un aumento de los accidentes por la mayor movilidad vacacional; un incremento de las alergias, por ser época de polinizaciones y gramíneas; y se dan más lesiones cutáneas, por mayores agresiones externas como el sol y los insectos”, explica el doctor José Ramón García López, jefe del servicio de Pediatría del Hospital Ribera Juan Cardona de Ferrol.
La manipulación y conservación inadecuada de los alimentos con temperaturas elevadas favorecen la proliferación de bacterias que pueden causar gastroenteritis e intoxicaciones alimentarias.
“Una gastroenteritis aguda se debe tratar básicamente con un reposo digestivo relativo, evitando las comidas copiosas. Los alimentos deben ser astringentes, con pocos azúcares y poca fibra. Lo más recomendable es seguir una dieta blanda que se basa en alimentos cocidos y fáciles de digerir, pueden ser pastas, pescados, etc, siempre exentos de azúcares elaborados, de fibra vegetal o grasas”, apunta el pediatra.
Además de vigilar la ingesta de alimentos hay que evitar la deshidratación, que se puede agudizar con las altas temperaturas típicas de esta estación. “Hay que vigilar la reposición de líquidos, pero se debe tener en cuenta que las bebidas isotónicas nunca deben ser el sustituto de los sueros de rehidratación oral. Este tipo de bebidas que habitualmente se usan en los hogares para los problemas estomacales tiene una osmolaridad más elevada y un alto contenido en azúcares, mientras que los sueros son siempre hiposódicos y no contienen azúcares complejos, por lo que son los indicados para pacientes con gastroenteritis”, apunta el doctor, desmontando uno de los remedios caseros más utilizados para estas situaciones.
“En los casos de gastroenteritis, las bebidas isotónicas nunca deben ser el sustituto de los sueros de rehidratación oral”.
Otra de las recomendaciones heredadas de nuestros abuelos es la de esperar tres horas para hacer la digestión antes de bañarse en la playa o en la piscina y evitar así el temido corte de digestión. “El corte de digestión ocurre por cambios bruscos de temperatura corporal, ya sea al bañarse en agua muy fría o al beber algo muy frío. También puede suceder al realizar ejercicio intenso durante la digestión. Lo de las tres horas no tiene base científica, aunque todos lo hayamos padecido”, apunta con un guiño el doctor.
Los síntomas de un corte de digestión incluyen náuseas, vómitos, mareos, cefalea y calambres. “Para evitarlo, lo más recomendable es mojarse poco a poco antes de sumergirse completamente en agua fría, para habituar al cuerpo a la nueva temperatura y evitar hacer ejercicio intenso tras la comida”, puntualiza el especialista. Si ya se perciben síntomas de un corte de digestión, se debe colocar al menor en una zona fresca y en reposo, e hidratarlo adecuadamente.
Precauciones con el sol y el calor
Las lesiones en la piel por la mayor exposición al sol son muy habituales en el verano. Si bien la rutina de aplicarse un protector solar debería estar incorporada en los hábitos diarios, independientemente de la estación en la que nos encontremos, en primavera y verano, cuando estamos más horas en el exterior se vuelve imperativa.
“El factor de protección ideal para los niños debe ser 50, y mucho mejor si se combina con filtros físicos o físico-químicos”, recomienda el doctor García López. “Nunca se puede exponer al sol a los niños menores de un año. Y a ningún niño en las horas centrales del día. Cabe recordar que la sobreexposición es acumulativa y permanece en el tiempo”, advierte.
Esas horas centrales del día cuando las temperaturas son más elevadas, pueden producir golpes de calor en cualquier persona. Es importante identificar los síntomas y saber cómo actuar en estos casos.
“El golpe de calor ocurre cuando la temperatura corporal es muy elevada, supera los 40º, y una de las causas más habituales suele ser por hacer ejercicio a pleno sol, encontrarse en ambientes con temperaturas muy elevadas y procesos febriles. Los síntomas más comunes son mareos, calambres, palpitaciones... es una situación que puede poner en peligro la vida del paciente. Lo primero que hay que hacer es hacerlo descansar en un lugar fresco, y rehidratarlo… si los síntomas persisten o empeoran, acudir a un profesional sanitario”, detalla el pediatra del Hospital Ribera Juan Cardona.
¿Cómo actuar tras la picadura de una medusa?
Para más información:
www.riberasalud.com/juan-cardona/
https://riberasalud.com/juan-cardona/contactar-con-el-hospital-juan-cardona/