Las mujeres aprenden a convivir con la menstruación, conocida comúnmente como “la regla” desde la adolescencia. Según la comunidad científica, esta aparece cada vez antes. Se inicia entonces una relación de amor-odio, en la que la mayoría de las veces gana el segundo sentimiento.
Las Organización Mundial de la Salud (OMS) pidió en 2022 el reconocimiento de la menstruación como “un problema de salud y de derechos humanos” y no de “higiene”. Solicita que la atención que se le preste a la misma sea desde una perspectiva en la que se observe como algo “positivo y agradable” y no como algo de lo que avergonzarse.
Carol Strate, ginecóloga y sexóloga que divulga a través de la cuenta de Instagram @alumbramujer y a través de la web www.alumbramujer.com, lo explica así: “Es interesante valorar cómo vive la mujer y cómo se vivió en su casa la menstruación, si estuvo rodeada de connotaciones negativas, creencias erróneas o cuestiones que puedan favorecer una mala relación con la propia menstruación”, y añade: “Crecer escuchando cosas negativas sobre la regla en nuestro entorno y en nuestra sociedad no nos predispone a experimentarla de la mejor manera”.
Entre sus beneficios, además de prepararte para albergar un posible embarazo, el ciclo menstrual es el responsable de regular las hormonas, el metabolismo y mantener la densidad ósea. Sin embargo, el dolor que la regla produce a muchas mujeres hace que su vida se paralice durante unos días al mes. Un sufrimiento que no debería ocurrir.
La AEGO (Asociación Española de Ginecología y Obstetricia) define la dismenorrea como el dolor cíclico durante los días de la menstruación durante la mayoría de reglas. Lo habitual es tener molestias durante la menstruación producidos por las contracciones del útero, pero estos se eliminan a medida que se expulsa la sangre menstrual.
Según el último estudio realizado por Kantar, el 49% de las mujeres españolas sufre dolor menstrual de algún tipo durante la regla. Este puede ser leve (dismenorrea primaria), pero también agudo e invalidante (dismenorrea secundaria). La ginecóloga Carol Strate asegura: “Es frecuente y está normalizado que la regla duela, pero no debería ser un dolor importante, que resulte incapacitante, que no calme u obligue a la toma constante de fármacos antiinflamatorios”. Además del dolor, la especialista señala otros síntomas por los que debemos alertarnos: “vómitos, dolor al defecar u orinar o al tener relaciones sexuales”.
Estos pueden ser ocasionados por diversas causas. Las más frecuentes: la endometriosis y la adenomiosis, en las que existe una predisposición genética. Patologías que la facultativa describe como “infradiagnosticadas”.
En la endometriosis, la ginecóloga explica que “el tejido similar al endometrio se implanta fuera de la cavidad uterina, generalmente en la zona pélvica, y es un tejido que depende de los estímulos hormonales cíclicos, generándose inflamación, posibles adherencias, etc.”. La adenomisis sucede cuando “ese tejido similar al endometrio se infiltra en las paredes musculares del útero, ocasionando dolor y sangrados abundantes”, indica Carol Strate.
También se consideran otras causas cuando se habla de dismenorrea secundaria (dolor agudo) miomas uterinos (tumores mayoritariamente benignos que crecen en el útero), infecciones a nivel pélvico, malformaciones uterinas congénitas o ser portadora de un DIU (especialmente de cobre).
Una menstruación normal debería ser en cantidad menor que unos 80 ml (3 cucharadas aprox.), tener una duración de unos 3-7 días, contando desde el primer día de sangrado franco, y cambiar habitualmente la cantidad y coloración en esos días, siendo menor cantidad y de un color más marronáceo hacia el final. Por lo tanto, no debería oler mal ni tener un color atípico (como anaranjado) ni presentar dolor, y de hacerlo, uno tolerable y leve.
Paloma Alma, educadora menstrual, terapeuta, divulgadora, escritora y al mando del podcast “Con un par de ovarios”señala la importancia de que las mujeres entiendan su ciclo particular para saber cómo actuar con él: “El ciclo menstrual es como una enciclopedia que nos ayuda a entendernos mejor pero que no hemos aprendido todavía a leer bien. Conocer nuestro ciclo nos puede ayudar a optimizar todo en nuestra vida: decisiones, productividad, deporte, relaciones sexuales, sentimentales, laborales, etc.”.
Para conseguir el objetivo, Paloma tiene claro cómo empezar: “Yo recomiendo hacer un diario a mano. Cuando todos los días reflexionas sobre cómo estás y cómo te sientes y lo haces teniendo en cuenta tu ciclo, a lo largo de los meses vas a ver un patrón que se repite. Ese patrón que se repite es tu ciclo menstrual”.
Así podremos prepararnos: “Si tú sabes que cuatro días antes de menstruar tienes un bajón energético muy fuerte, en vez de pelearte con el cómo te sientes, intentarás cuatro días antes de menstruar quitarte de actividades extra y rebajar el ritmo”, indica Paloma.
Otros factores influyen en este proceso de convivir con el ciclo. Uno de los más importantes es la alimentación. “Cuando vas al médico y le dices que te duele la regla generalmente no te van a aconsejar que vayas a un nutricionista, pero es fundamental saber ciertas pautas en este ámbito”, explica Paloma Alma. Algunas de las claves: beber mucha agua, evitar alimentos inflamatorios (como por ejemplo comidas enlatadas, tomate o productos con gluten) y potenciar aquellos con mucha fibra. Paloma Alma describe al brócoli como “el súper alimento del ciclo menstrual”.
La actividad física también se ve afectada. Algunos profesionales han empezado a desarrollar iniciativas para que el rendimiento deportivo sea óptimo en base a las diferentes fases del mismo después de que las deportistas comenzaran a visibilizar cómo afectaba en sus entrenamientos y competiciones. Es el caso de Carolina Marín o Paula Badosa.
Paloma Alma también pone el foco en los productos que se emplean y narra su propia vivencia: “Cuando descubrí la copa menstrual dejé de tener el tipo de dolor menstrual que tenía. Me di cuenta que los tampones y compresas que utilizaba me daban alergia y eso es lo que hacía que en general me sintiese mal cada vez que menstruaba”. La copa menstrual, cumple las expectativas de las mujeres que la emplean en el 70% de los casos según un estudio publicado en la revista “Lancet” que garantiza también el uso de este método.