María Mercedes Otero Rivas

La dermatitis atópica es una enfermedad inflamatoria cutánea que afecta hasta a un 20% de la población infantil, con un alto porcentaje de casos, hasta un 75% resolviéndose con el paso del tiempo. No obstante, también existen casos de inicio en la edad adulta. 

La dermatitis atópica se caracteriza por brotes de eritema y descamación así como intenso picor y exudación en cara y pliegues de lactantes. En la primera infancia y preadolescencia afecta fundamentalmente a los pliegues, y cuando se cronifica en adultos también suele afectar a la cara y las manos.

El diagnóstico se establece con la morfología, la topografía, los síntomas, y la evolución de las lesiones. Existen unos criterios diagnósticos muy conocidos, y en casos difíciles en COS Instituto Médico nos ayudaremos de la biopsia cutánea.

En su etiopatogenia se involucran varios factores:  

• Genética: es más frecuente en hijos de padres afectos, si un padre está afectado las posibilidades de afectación de la descendencia son de un 30% si lo están los dos de un 70%. Las mutaciones en filagrina, una proteína fundamental en la función barrera de la epidermis, se han descrito hasta en la mitad de casos de dermatitis atópica en caucásicos. 

• Ambiente: el aumento de la prevalencia de esta enfermedad y de otras enfermedades atópicas es paralelo al desarrollo. Por ello, se ha propuesto la teoría de la higiene: un menor número de infecciones e infestaciones en la infancia, gracias al aumento del nivel de vida, llevarían a un disbalance del sistema inmune. 

• Disfunción de la barrera cutánea: aumento de la pérdida transepidérmica de agua, inflamación y mayor permeabilidad a alérgenos e irritantes.

• Alteración del sistema inmune: predomina en la fase aguda la respuesta de linfocitos Th2 y en la fase crónica Th1 y Th2 y Th22. 

Hasta en un 80% de los casos se asocia con otras enfermedades como la rinoconjuntivitis y el asma, y en algunos casos con la alergia a neumoalergenos y alimentos (a pesar de que en este último caso es más raro).  Por esto es importante tratar la dermatitis atópica para evitar que la llamada marcha atópica prosiga. Un niño con una dermatitis atópica insuficientemente tratada es muy frecuentemente un adolescente alérgico a aeroalergenos y/o asmático. 

En esta enfermedad está muy marcada la afectación de la calidad de vida y del sueño. En el control de la enfermedad son claves las medidas coadyuvantes del tratamiento, de lo que os hemos hablado recientemente en el Instagram de Cos Instituto Médico: 

• Hidratación cutánea diaria, siempre sobre la piel sana e íntegra. 
• Ducha diaria, corta y evitando agua muy caliente. Idealmente se puede usar aceite de baño o jabón syndet.
• Ropa de fibras naturales, evitando la lana. No sobreabrigar a los niños.
• Uñas cortas para evitar rascado. 
• No son recomendables alfombras, moquetas, peluches y otros elementos que sirvan de acúmulo de polvo y ácaros  

La piedra angular del tratamiento es el control de la inflamación cutánea y para ello como primera línea emplearemos los corticoides tópicos, ayudándonos de los inmunomoduladores tópicos para minimizar recurrencias. Frecuentemente recomendamos antihistamínicos para mejorar la calidad del sueño, aunque sabemos que no suelen controlar totalmente el picor. En brotes graves podemos recurrir a corticoides orales, a la cura del pijama húmedo y a veces a antibióticos o antivirales orales si existen sobreinfecciones. Cuando los brotes son graves y muy habituales o si existe una situación basal mal controlada valoraremos las distintas opciones de tratamiento existentes actualmente: inmunomoduladores clásicos, fototerapia, fármacos biológicos o inhibidores de la vía JAK. 

En COS Instituto Médico llevaremos a cabo una charla sobre la dermatitis atópica -abierta a todos aquellos que quieran asistir- el próximo 18 de Octubre a las 19h. La intención con estas charlas es servir de punto de encuentro informativo y participativo para pacientes y familiares.