La portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, advirtió ayer del riesgo que suponen los acuerdos del PP con Vox tras años de lucha unitaria contra la violencia machista: “No hay ni pactos, ni acuerdos, ni divorcios duros que justifiquen blanquear la violencia de género”.

En la rueda de prensa del Consejo de Ministros, Rodríguez hizo alusión, sin citarlo, al líder del Partido Popular (PP), Alberto Núñez Feijóo, quien el lunes habló del “divorcio duro” del candidato valenciano de Vox Carlos Flores, condenado por violencia machista.

La portavoz alertó de que “con las posiciones de aquellos que niegan o justifican” la violencia de género “España está retrocediendo veinte años”, ya que en 2003 se empezaron a contabilizar a las víctimas mortales de la violencia machista. Desde entonces, recordó, más de 1.200 mujeres fueron asesinadas por sus parejas o exparejas. Tras recordar la unanimidad lograda en torno al Pacto de Estado contra la Violencia de Género, que dotó a esa lucha de más medios en el ámbito policial, judicial y de servicios sociales, subrayó la necesidad de seguir profundizando en esas políticas y criticó la eliminación en muchos ayuntamientos de las concejalías de Mujer o Igualdad.

“Este es un asunto tan grave y se ha alcanzado un consenso social tan grande en nuestro país que conviene no retroceder”, recalcó la portavoz, quien ha alertado del riesgo de dejar de asignar recursos a políticas que no se nombran.

A su lado, el ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska, avisó al próximo Gobierno valenciano de que vigilarán qué ocurre con las unidades policiales que luchan de forma específica contra la violencia machista en la comunidad.

Carga en bloque

Aunque el portavoz del PP, Borja Sémper, aseguró ayer que Feijóo no pretendía justificar la violencia de género, el Gobierno cargó en bloque contra él.

El ministro de Presidencia, Félix, Bolaños se estrenó en Twitter con un mensaje al líder del PP: “Sé que voy tarde, pero más tarde van los que llaman ‘divorcio duro’ a la violencia machista”.

“No es divorcio duro, se llama violencia machista”, coincidió la líder de Sumar y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz.

Para la ministra de Igualdad, Irene Montero, llamar “divorcio duro” a la violencia machista es “banalizar y normalizar la violencia contra las mujeres”.

Montero respondió también a quienes creen que la lucha feminista fue demasiado rápido: “nuestros derechos son urgentes. Y defenderlos requiere dejar claro que la responsabilidad del machismo es de los machistas”.

En una entrevista concedida a la Cadena Ser, Alberto Núñez Feijóo dijo en la noche del lunes  que, tras las elecciones en la Comunidad Valenciana, el PP dijo: “No podemos firmar con alguien que está condenado por violencia verbal, hace veinte años, es verdad; es catedrático de Derecho Constitucional, es verdad; ha cumplido la sanción, es verdad; tuvo un divorcio duro y conllevó un abuso verbal hacia su exmujer. Y nosotros dijimos: verá usted, no podemos firmar un acuerdo con esta persona”.