A falta de capacidad del habla, los científicos recurren a la tecnología para entender a los animales, y los de una universidad neerlandesa han dado un paso más allá: han entregado a los monos pantallas táctiles para que jueguen, en un intento de entender sus emociones e inteligencia, y, quizás, mejorar sus posibilidades de encontrar pareja.
El proyecto busca “obtener más información sobre cómo los orangutanes comunican sus emociones entre sí, cómo reaccionan entre ellos y cómo son sus emociones hacia decisiones que toman, ya sea cómo cooperan o confían en los demás o cómo se atraen entre sí, para darles más opciones en elección de parejas”, explica a Efe Mariska Kret, psicóloga cognitiva e investigadora principal de este programa en la Universidad de Leiden, en Holanda del Sur.
Mientras los orangutanes realizan tareas informáticas, los expertos en diferentes disciplinas los observan para analizar cómo comunican sus sentimientos y poder así mejorar la comprensión que existe de su inteligencia.
La participación en esta actividad es voluntaria, enfatiza Kret, por lo que ningún orangután está obligado a usar esas pantallas, más bien “van y se sientan frente al ordenador, y no lo harán si no quieren”, aunque investigaciones anteriores han demostrado que los monos que realizan tareas informáticas experimentan “menos estrés”, y esta es, además, una distracción que “los desafía" y "una forma de relajación”.
Los que se atrevan a toquetear y jugar con la computadora, podrán tomar ciertas decisiones en una pantalla táctil, mientras un “rastreador ocular”, una cámara especial que sigue los movimientos de sus ojos, registra lo que miran exactamente. Kret subraya que los monos tienen emociones complejas y tienen en cuenta lo que sienten sus compañeros.
Hay investigadores que se centran en cuestiones específicas, como el doctorando Tonko Zijlstra, que investiga la sonrisa de los orangutanes, ya que “las emociones son muy contagiosas entre los humanos pero, ¿qué pasa con los simios? ¿Lo hacen como los humanos?”, se preguntan los científicos.
Su colega Tom Roth investiga qué es lo que los orangutanes encuentran “atractivo” en los demás, es decir, busca predecir si una hembra se sentirá atraída por un macho determinado, por lo que ha bautizado este proyecto como el “Tinder para monos”, aunque Kret cree que esta investigación es mucho más compleja que la aplicación de citas de los humanos.
“A veces, se transfiere a las hembras a otro zoológico como parte de un programa de reproducción. Hasta ahora esto se basaba en un perfil genético, pero no se tiene en cuenta la preferencia personal. Queremos ver si podemos predecir atracción. Por lo tanto, el proyecto tiene una aplicación muy directa en términos de mejorar el bienestar animal”, agrega Kret.
Los orangutanes son los mamíferos arbóreos más grandes, pasan la mayor parte de su tiempo en los árboles, aunque comparten el 96,4% de los genes humanos y son criaturas muy inteligentes.
Pero la presión humana, la deforestación y su tasa reproductiva tan baja hacen que la población de orangutanes sea vulnerable: las hembras dan a luz a un bebé cada 3-5 años.
El Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, en sus siglas en inglés) considera hoy que son una especie amenazada y en “peligro de extinción”. En 2017 se anunció una tercera especie de orangután, el Tapanuli, que, con 800 individuos en existencia, es la más amenazada de todos los grandes simios.
Investigaciones como esta de Leiden se habían realizado hasta ahora en recintos cerrados alejados del público, pero una particularidad de este proyecto es que se hace “por primera vez” a la vista de los visitantes en el zoológico Ouwehands de Utrecht, por lo que los visitantes pueden ver cómo un orangután juega con la pantalla táctil.
Según explica la universidad, los investigadores esperan que los visitantes aprendan más sobre los orangutanes y la idea es que más adelante los más curiosos puedan también ponerse delante de esas pantallas para tener una mejor idea de lo que implica este estudio y para contribuir a él de alguna manera.
Esta investigación, que parte de un proyecto internacional de reproducción, medirá la capacidad de atención, la memoria y los niveles de emoción de estos animales.
“Queremos mostrar lo inteligentes que son los orangutanes y lo ricas que son sus personalidades. Con suerte, esto aumentará el respeto por estos animales y tendrá un efecto positivo en la protección de su especie en la naturaleza”, subraya la investigadora.