El vicepresidente ejecutivo de la Comisión Europea (CE), Frans Timmermans, se mostró "decepcionado" por no haber conseguido que se adoptara "un lenguaje fuerte" en el tema de la mitigación (reducción de emisiones contaminantes) en el texto final de la cumbre del clima COP27 que culminó esta madrugada.
"Para hacer frente al cambio climático es necesario que todos los flujos financieros apoyen la transición hacia la baja emisión de carbono: la UE vino aquí para conseguir un lenguaje fuerte y estamos decepcionados por no haberlo conseguido", señaló el también responsable comunitario del Pacto Verde en su discurso final en el plenario.
El Plan de Implementación de Sharm el Sheij, aprobado este domingo, insta a los países a reducir progresivamente la generación de energía a partir del carbón -en plantas que no cuenten con tecnologías de captura de carbono- y a abandonar gradualmente los subsidios ineficientes a los combustibles fósiles, petición que ya estaba plasmada en el texto de Glasgow (COP26).
En la ceremonia de clausura, Timmermans quiso dejar claro que este plan "no es un paso adelante suficiente para las personas y el planeta".
"No trae suficientes esfuerzos adicionales de los principales emisores para aumentar y acelerar sus recortes de emisiones, no genera un mayor grado de confianza en que lograremos los compromisos asumidos en virtud del Acuerdo de París y en Glasgow el año pasado", aseguró.
"HEMOS PERDIDO MUCHO TIEMPO"
Timmermans lamentó que se ha perdido "mucha velocidad desde Glasgow".
"Ya hemos perdido mucho tiempo. Y nuestra gente y nuestro planeta no tienen más tiempo que perder: nos comprometemos a recuperar la velocidad, empezando ahora y aquí. Y a recuperar el impulso que tuvimos en Glasgow", indicó.
Este ha sido el motivo por el que la UE "a regañadientes, ha aceptado las propuestas que ahora están sobre la mesa".
"Hemos tenido que renunciar a algunas de las cosas que queríamos, para ayudar a otras partes y a este proceso a avanzar. Y podemos vivir con eso. De hecho, estamos orgullosos de nuestra contribución a este fondo, que servirá a los más necesitados", en alusión a la propuesta que hizo la UE para las pérdidas y daños.
De hecho, este es el principal resultado que ha salido de Sharm el Sheij: un fondo para financiar pérdidas y daños en países en desarrollo "particularmente vulnerables" a los efectos del cambio climático, una demanda histórica de estas naciones amenazadas por el calentamiento global al que apenas han contribuido.
La propuesta, que aún cuenta con muchos detalles por perfilar, respalda la "solución mosaico" que pedía el bloque negociador de la UE, junto a otros países, que abogaban por recurrir a nuevos instrumentos financieros, incluida la financiación privada para ayudar a costear los daños tras fenómenos extremos relacionados con la crisis climática, además de crear un fondo nuevo en el marco de la UNFCCC.
EL PROBLEMA DEL 1,5°C
El mayor problema de este acuerdo ha sido la actualización de las contribuciones determinadas a nivel nacional (NDC, por sus siglas en inglés) para lograr el objetivo de limitar el calentamiento global del Acuerdo de París.
En París (2015) se estableció que el incremento máximo de la temperatura estuviera entre 2°C y 1,5°C pero tras alarmantes informes científicos la comunidad internacional habla de limitarlo a no más de 1,5°C y que los objetivos para alcanzar esta cifra se revisen anualmente.
Arabia Saudí, pese a haber mantenido un perfil muy bajo durante la COP, emergió como uno de los principales países que bloquearon este avance pedido por la UE, y terminó logrando la eliminación a este tema en la sección de energía del acuerdo.
Timmermans insistió que la "UE trató de cerrar estas brechas" y mostró su ambición para que se eliminen gradualmente los combustibles fósiles, algo que apoyan "más de 80 países".
" Lamentablemente, no vemos esto reflejado aquí", señaló.
El funcionario europeo subrayó que el documento acordado, si bien "no bloquea" el camino al 1,5°C, "pone barreras innecesarias en el camino y permite a las partes rehuir de sus responsabilidades".
Y es que, según el responsable comunitario, hay "muchas partes, demasiadas partes, que no están dispuestas a avanzar hoy en la lucha contra la crisis climática", y que tienen "miedo a la transición que se avecina"; sobre todo por la crisis mundial tras la invasión a Ucrania, que puede derivar en una recesión global.
"Se preguntan el "cómo", no el "por qué". Entiendo esas preocupaciones. Muchos europeos las comparten. Pero quiero pedirles a todos que encuentren el coraje para superar ese miedo. Y les tiendo la mano para ayudarles".