El pabellón de Longoiro, en Meirás, Valdoviño, se llenó este sábado de “saber hacer” y tradición con la celebración de la quinta edición de la Xuntanza de Palilleiras e Multilabores, un evento que congregó a más de 350 artesanas provenientes de distintas partes de Galicia, España y Portugal. Este encuentro anual, organizado por la Asociación de Mulleres do Rural María del Mar Becerra, se ha consolidado como una cita ineludible para los amantes del arte de palillar, que comparten y exhiben a los asistentes sus habilidades y conocimientos.

El evento fue inaugurado por el alcalde, Alberto González, junto a la presidenta de la citada entidad, Charo Guerra, y el presidente de la Asociación Rancho da Praça de Vila do Conde, Arturo Bofim. Y es que la cita sirvió para renovar los lazos de hermanamiento con las “Rendilheiras”. La participación de estas artesanas lusas no solamente enriqueció el evento, sino que también subrayó la dimensión internacional que ha adquirido la Xuntanza.

La programación de la jornada comenzó temprano con la recepción de las participantes por parte de los representantes municipales e incluyó un recorrido en autobús que ofreció a las artesanas la oportunidad de conocer algunos de los parajes más emblemáticos de la franja litoral de Valdoviño, con paradas en el Faro de Meirás y la playa de A Frouxeira. “La gente vino encantada. Fue una pena porque hizo un poco de frío, pero nos dieron la enhorabuena por la iniciativa”, explicó Guerra, que apuntó que también se les ofreció a las participantes un variado desayuno. “Les hemos ofrecido café con leche, bollas de nata, bizcochada, pastelitos... La gente viene de lejos y hemos querido obsequiarles con este detalle”, añade.

Tras este “encuentro de unas con otras, hacía mucho que no nos veíamos algunas”, indicaba la presidenta de la Asociación de Mulleres do Rural María del Mar Becerra, las artesana hicieron un parón a la hora de comer, para regresar posteriormente a su actividad, amenizada por la tarde con la música del concierto de Los Nostálgicos.

Además de las palilleiras, el pabellón de Meirás albergó una veintena de puestos en los que los asistentes pudieron adquirir artesanía y materiales para realizar labores. También un stand de la recientemente creada delegación de Manos Unidas en Valdoviño, que aprovechó la ocasión para difundir su labor solidaria y recaudar fondos para sus proyectos.

Como es habitual, la cita contó con la celebración de un sorteo, que no solo contenía artículos relacionados con las labores. “Los puestos que vienen tienen un detalle con nosotras y nos ceden algún producto para el sorteo. También colaboran los comercios del pueblo. El que tiene una perfumería nos regala un bote de colonia, el que tiene un bar una botella de vino y así todo el mundo aporta su granito de arena”, indicó Charo Guerra.

El público pudo también deleitarse con una muestra de los trabajos artesanales elaborados por la asociación local y visitar una exposición con obras realizadas en las clases de pintura. “Queremos continuar con esta tradición. Somos felices con lo que hacemos y, el año que viene, esperamos hacer más y mejor”, remarcó Charo Guerra.