El ascenso a Liga Femenina 2 del Instituto Rosalía –acordada de manera unánime en la reunión que el pasado jueves mantuvieron todas las federaciones territoriales con presencia en el grupo norte de Primera División–, amplía la nómina de ferrolanos en la categoría de plata. El entrenador Chiqui Barros es su protagonista, ya que el equipo que dirige desde la pasada temporada se hizo acreedor a este salto de categoría al liderar, en el ecuador de la segunda fase, el grupo de ascenso empatado con el Maristas de A Coruña –que también jugará la siguiente campaña en esta competición–.
El ascenso a la división de plata acorta los plazos que la entidad compostelana, a través de su gerente, el ferrolano Kiko Montero, había presentado a Barros en el momento de ficharlo. Entonces se estableció un margen de tres años para llegar a esta categoría –“pero sin renunciar a nada”, recuerda Barros–, pero el salto ya ha llegado en la segunda de una manera, a juicio del técnico, “muy merecida”. A su juicio, es el premio a una temporada en la que el Instituto Rosalía ganó un total de quince de los 17 partidos que disputó y en la que recuerda que “hubo un momento en el que internamente nos dijimos que estábamos en condiciones de ascender”.
El ascenso supone el premio a la evolución de un grupo que se distingue por su juventud –la jugadora de más edad tiene 21 años y varias juniors han tenido un papel más o menos protagonista–. De ahí que Chiqui Barros explique que “la mayor satisfacción era ver lo que éramos hace dos años y lo que somos ahora”. El preparador, además, destaca el talento, la ilusión y la capacidad de trabajo de las jugadoras que tiene a su cargo, todas universitarias o aún en Bachiller.
Continuidad
Chiqui Barros, por eso, revela que la continuidad será la base de la próxima plantilla –“todas las jugadoras que ascendieron se han ganado el derecho a seguir”, dice– y que solo se intentará reforzar el grupo “con una o, a lo sumo, dos jugadoras. Vamos a jugar con nuestra gente y a gastar poco, no vamos a fichar”. Porque, como explica el preparador ferrolano, “seguimos siendo un equipo de colegio, de instituto, que va a jugar en la segunda categoría del baloncesto femenino español. Por eso no podemos cambiar nuestra filosofía”.
El preparador, eso sí, vaticina que por delante espera un reto tan importante como bonito. “En teoría vamos a ganar pocos partidos y lucharemos por permanecer siendo los máximos candidatos a no hacerlo, pero vamos a demostrar que podemos modificar los pronósticos”. De ahí que explique que “si te mantienes la temporada que subes ganas muchos años de vida. Es en lo que hay que pensar, así que tendremos que ser un equipo que siempre intente jugar bien”.
De cara a la temporada que viene, el objetivo que Barros tiene para el Instituto Rosalía es “que el equipo siga mejorando, que las jugadoras crezcan y que la cantera, que es una de las mejores de Galicia, se vera reflejada ahí”. En este sentido, el preparador ferrolano recuerda que “ahora somos una cantera de Liga Femenina 2 y tenemos que serlo de verdad, produciendo jugadoras para esta categoría. Por eso hay que trabajar mucho y muy bien y tener clara la exigencia”. l