Hermida explicó a Efe que entraron poco más de 200 ejemplares en el recinto ferial, porque muchos de los animales censados fueron vendidos en los días previos a la feria en las propias casas de los sesenta criadores.
Reconoció, de hecho, que la fecha de celebración de la feria pudo influir en que se presentasen menos capones en el recinto, porque muchos compradores, “al haber solo un fin de semana” en medio de esta cita y de la Nochebuena, prefirieron “asegurarse” el producto para la fiesta.
Por otra parte, también informó de que este año se produjo “cierta mortalidad” al inicio de la crianza “a causa de la calor”, de modo que, aunque fueron censados 1.800 ejemplares, una cifra similar a la de años anteriores, solo llegaron al final de proceso unos 1.500.
Como viene siendo habitual, el Ayuntamiento de Vilalba concedió premios al Mejor Criador, que en este caso se lo llevó Oliva Souto -de la parroquia de Goiriz-; a la Mejor Cesta, que fue para Adrián Lozano -Lanzós-; y al Mejor Par, para Verónica López -Vilapedre-.