La polémica se ha levantado en el pequeño pueblo de Rañadoiro, en el concejo asturiano de Tineo, después de que una vecina haya pintado “a lo eccehomo” tres tallas de madera de los siglos XV y XVI que se encuentran en la ermita del lugar.
Se trata de tres figuras, una de la Virgen con el Niño y Santa Ana, otra de San Pedro, y otra de la Virgen con el Niño Jesús, estas dos últimas policromadas. Las tres tallas de madera, anteriormente de lo más sobrias, se encuentran ahora pintadas con vivos colores, desde el “verde lechuga” al fucsia o el azul añil.
El consejero de Educación del Principado de Asturias, Genaro Alonso, dio órdenes a Patrimonio para que abra dos expedientes (uno informativo y, si procede, otro sancionador) por esta restauración. Alonso mostró su “preocupación clara” por esta “venganza, más que restauración”, dijo, y trasladó a la directora general de Patrimonio, Otilia Requejo, la orden de apertura de un expediente informativo de averiguación de la causa de este “desaguisado” que puede llevar parejo a un expediente sancionador o reparador. Los habitantes del pequeño pueblo amanecieron ayer “sorprendidos” por la repercusión del caso casi un año después de haber sido pintadas por una vecina aficionada a las bellas artes.
Las imágenes pintadas, que presiden el altar de la pequeña ermita en lo alto de una ladera, permanecieron en el “anonimato” durante varios meses para “orgullo” de los 16 residentes que tiene el pueblo, hasta que “alguien” dio la voz de alarma cuando fueron sacadas en procesión la pasada semana. Ayer, la ermita destacaba entre la niebla mientras los vecinos se dedicaban a las tareas rurales cotidianas, y los periodistas intentaban captar imágenes que ilustraran la polémica restauración de estas tallas medievales.
La autora, que regenta un estanco en un pueblo cercano, había declarado que realizó la “restauración” autorizada por el párroco, pero ayer, Fabián Fernández, encargado de la custodia del templo, insistió en que “en esto el cura no tiene nada que ver”. l