El proyecto de investigación sobre la “Ragazzona” llega a Cartagena

El proyecto de investigación sobre la “Ragazzona” llega a Cartagena
los buceadores se sumergieron en las aguas de la ría ferrolana provistos de detectores de metales

El próximo fin de semana, también en Cartagena se hablará de la “Ragazzona” y, por ende, de la ría de Ferrol. El director técnico del proyecto de investigación que trata de confirmar el naufragio en 1588 en aguas ferrolanas de la que fue la mayor nave de la Armada Invencible, David Fernández Abella, asistirá al I Congreso de Arqueología Náutica y Subacuática Española, donde expondrá los resultados obtenidos a lo largo de esta semana en los trabajos llevados a cabo en la zona comprendida entre la zona de la playa de Cariño y el puerto exterior.

Las prospecciones subacuáticas realizadas por los investigadores con el fundamental apoyo de la empresa de arqueología Argos (Servicios de Actividades Subacuáticas SL) y la Unidad de Buceo de la Armada en Ferrol, cocluyeron el pasado viernes después de cinco intensas sesiones de trabajo, algunas de las cuales se prolongaron por espacio de doce o trece horas.

“La verdad es que ha sido agotador”, reconocía ayer tanto el propio Fernández Abella como el también arqueólogo Ignacio A. Crespo. Y eso que, sobre todo en las tres primeras jornadas de trabajo –entre el lunes y el miércoles– las condiciones climatológicas fueron casi perfectas. Una circunstancia que, sin duda, facilitó un trabajo que, ya de por sí, resulta de gran complejidad al desarrollarse en los fondos marinos.

A lo largo de “calles” submarinas perfectamente delimitadas para la búsqueda y provistos de los correspondientes detectores de metales así como de cámaras de fotografía y vídeo para registrar todo lo que pudiese aparecer, los buzos que participaron en las tareas –unos siete– se sumergieron durante las cinco jornadas de trabajo hasta los ocho o nueve metros de profundidad, en ningún caso más allá de los doce.

Los primeros resultados llegaron el miércoles, cuando fueron localizados los primeros restos de un pecio que podrían pertenecer a la nave veneciana, unos restos arqueológicos que, según informaron los investigadores, ocupan un área de 900 metros cuadrados.

Se trata principalmente, como ya se informó en su momento, de concreciones metálicas de diverso tipo. “Una gran mayoría podrían pertenecer a piezas de artillería de diversas tipologías, que parecen ser antiguas, anteriores al menos a la fase de Artillería de Ordenanza (siglo XVIII)”, tal como ayer se recordó desde el propio grupo de investigación.

 

expolio

Lo que no ha aparecido a lo largo de las cinco sesiones de trabajo han sido restos de otro tipo, como cerámica o madera, las que mayor validez tendrían para poder datar cronológicamente el naufragio. “Este hecho lleva a plantearse la probabilidad de que haya sido expoliado en estos últimos años, con la pérdida de valiosa información histórica que esto conlleva”, señalaban ayer los responsables del proyecto. “Refuerza esta hipótesis del expolio el estado de conservación de las piezas, pues algunas presentan fracturas y roturas de su concreción, fruto del golpeo intencionado a fin de ver lo que contenía en su interior”, añadieron.

A partir de ahora, explicaron, el trabajo realizado y el posterior estudio de los datos recabados podría determinar una datación más exacta de los restos y su identificación positiva como pertenecientes a la capitana de la Escuadra Levantisca de las que integraron la flota enviada por Felipe II a la conquista de Inglaterra y que no fue capaz de cumplir su misión. “La Ragazzona” regresó, como muchas otras naves, maltrecha.

En su caso, y cuando pretendía entrar en el puerto herculino, un temporal la dejó sin ancla y sin rumbo, navegando a la deriva para finalmente chocar contra la costa ferrolana. Tras partir su caso en dos, la nave se hundió. Fue el 8 de diciembre de 1588, hace ya 425 años.

 

catalogación

Ahora, y gracias al trabajo del grupo Arqueopat y la colaboración de la empresa Argos y la Armada, este yacimiento se incluirá en la Carta arqueológica subacuática de Galicia de la Dirección Xeral de Patrimonio Cultural dependiente de la Consellería de Educación, Cultura e Ordenación Universitaria de la Xunta de Galicia, “y será objeto de vigilancia y protección por la Armada y demás organismos competentes”, destacaron los especialistas.

 

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