Apenas una semana después del cierre del período de consultas, el Grupo Malasa, empresa matriz de Noa Madera Creativa tras su adquisición en 2018, ha hecho efectivo el despido de 68 trabajadores, así como la entrada en un ERTE durante quince meses de otros 68. Como respuesta, el sindicato CIG, por medio de un comunicado, apuntó que tomará “as medidas legais, sociais ou de iniciativa política que estean ao noso alcance” para evitar el desmantelamiento de las instalaciones y el traslado de los empleados restantes a Cerceda.
La central, que acusó a la empresa matriz de Noa Madera de aprovechar la pandemia de coronavirus para sacar adelante los expedientes de regulación de empleo, criticó además que estos despidos vulneran tanto los derechos “fundamentales” de los trabajadores como los de “liberdade sindical”. Y es que, aseguran, la compañía –“incorrendo en alevosía”– habría incluido en este proceso de suspensión “aos lexítimos representantes dos traballadores, a quen tiña redución de xornada por coidados” y, en general, al personal que “resulta máis ‘incómodo’, deixando de lado os criterios de eficiencia e ecuanimidade”.
Del mismo modo, el sindicato calificó de “falta de escrúpulos” que la empresa “aproveitou unha situación de pandemia e estado de alarma que limitou en gran medida a capacidade e lexítimo dereito á mobilización”. La CIG recordó, además, que el Grupo Malasa alegó para justificar los EREs y ERTEs causas económicas y organizativas, pero que “non foron quen de demostrar os seus argumentos”, apuntando que la empresa “amorea beneficios” y que el personal de Noa “ten unha grande experiencia”.