Si aún no has subido a Monteventoso este mes, no te has hecho una foto en el banco de palés que se montó a finales de mayo sobre una batería militar, ni has subido a las redes sociales tu foto individual, de pareja o de grupo sentada admirando las vistas es que no te va el “postureo” ni quieres seguir las tendencias que en Ferrol “molan”.
Desde que a mediados del mes de mayo Tato Robles tuvo la idea de aprovechar uno de los miradores más conocidos de la zona de Ferrol para colocar su banco –dedicado a su amiga Mariquiña–, no ha dejado de recibir felicitaciones directas o en forma de imagen, ya que un recorrido por Instagram deja día sí, día no alguna instantánea del particular “mejor banco del mundo”.
Muchos deportistas suben hasta esta zona de Monteventoso a practicar parapente pero también los ciclistas aprovechan para hacer un alto en sus ruas y descansar en este banco. Grupos de amigas y parejas ocupan el mirador, sobre todo los fines de semana y no dudan en encontrarlo con las curiosas indicaciones para su llegada: “Banco Cuqui”, así de claro.
El cruce que indica el camino hacia Cabo Prioriño y O Pieiro tiene ahora un nuevo indicador, no oficial evidentemente, pero acorde con el entorno, ya que está realizado, como el banco, artesanalmente y en madera, que dirigen directamente hacia el banco de Monteventoso, o banco cuqui, para los más “cool”.
Pero qué fue antes, Monteventoso o el banco cuqui. Evidentemente, este punto era mucho antes que el asiento visitado por miles de visitantes, aparece en las guías turísticas y es un lugar más que recomendado para poder divisar desde un solo punto Doniños, Covas o San Xurxo. Ahora bien, el banco, por su sencillez y su historia tiene su encanto y así lo han sabido ver muchos de los que lo visitaron.
Elena y sus amigas no dudaron en subir hasta Monteventoso, tras ver en Instagram imágenes del banco. Ya sabían de la existencia del mirador pero nunca está de más subir, ver y fotografiar.
Una vez arriba y hechas las instantáneas de rigor para subir a las redes, reconocen que el banco “da un poco de vértigo” pero algo así era necesario como complemento de estas maravillosas vistas de las zonas. l