El exministro Salvador Illa se postulará a la investidura después de que su partido, el PSC, ganase en votos en las elecciones al Parlamento catalán. PSC y ERC empatan a 33 escaños, mientras que JxCat se sitúa en tercera posición, con 32 diputados.
El PSC es el partido que logra más votos, un total de 645.350 papeletas, lo que supone un 22,99% de los apoyos, que le han otorgado 33 diputados, casi el doble de los 17 que cosechó en 2017.
Por su parte, en un reñido recuento a lo largo de todo el escrutinio, ERC empata en el primer lugar con los socialistas en número de escaños, con 33 –uno más que sus 32 de 2017–, aunque obtiene unos 45.000 votos menos que el PSC, en concreto 598.450 (el 21,32%).
En tercer lugar se sitúa JxCat, que suma 32 diputados –la candidatura del expresidente Carles Puigdemont obtuvo 34 en las autonómicas de 2017–, con unos 80.000 votos menos que el PSC: 563.749, el 20,09% del total.
Vox irrumpe en el Parlament con 11 representantes, como cuarta fuerza en el Parlament, seguida de la CUP, que pasa de 5 a 9 diputados, mientras que En Comú-Podem consolida los 8 que obtuvo en 2017.
Por su parte, Ciutadans, que ganó las elecciones autonómicas del 21 de diciembre de 2017 con 36 escaños, pierde treinta diputados y se queda con 6 representantes, seguido del PP, que pierde uno y se queda con 3. Vox, por tanto, obtiene más representación que el PPC y Ciudadanos juntos.
Pactos
Los resultados del 14-F ofrecen ahora dos posibles escenarios de pacto: o un Govern de signo independentista –con o sin carteras en manos de la CUP– o una coalición de izquierdas: ambas opciones tienen a ERC como denominador común, por lo que deberá elegir aliados.
El independentismo ha revalidado una vez más su mayoría absoluta, pero las relaciones entre ERC, JxCat y la CUP no pasan por su mejor momento y no será sencillo alcanzar un acuerdo, por lo que si esta opción falla se abrirá una posibilidad para explorar una coalición alternativa de izquierdas, también de difícil articulación.
Una posibilidad es que ERC y JxCat repitan coalición, como en la última legislatura, aunque con la presidencia, por primera vez desde los tiempos de la II República, en manos de los republicanos, concretamente de Pere Aragonés. Para que esa coalición –sacudida por numerosos choques entre ambos socios a lo largo de los últimos años– vuelva a formarse, será necesario que la CUP, con sus votos decisivos, dé apoyo externo a la investidura, y eso no será fácil, ya que los anticapitalistas exigen una hoja de ruta mucho más ambiciosa para continuar el procés.
Otra opción sería que ERC y JxCat sumaran a la CUP en el seno del Govern, lo que representaría la primera vez que los anticapitalistas asumen responsabilidades de gobierno. Si no cuajase un acuerdo de investidura entre las tres formaciones independentistas, una alternativa sería un gobierno bipartito entre ERC y En Comú Podem, aunque necesariamente necesitarían los votos externos del PSC.
Abstención disparada
Las elecciones, celebradas en plena pandemia, registraron una abstención récord del 46,44%, la cifra más alta en unas elecciones en Cataluña desde la recuperación de la democracia.
Los peores augurios se cumplieron y la participación cayó en picado este 14-F, situándose en el 53,56% con el 99,27% de los votos escrutados, 25,4 puntos menos que en las autonómicas de 2017, cuando la afluencia a las urnas, que se pusieron un día laborable, alcanzó un récord del 79% al final de la jornada.