El histórico exdirigente etarra José Antonio Urrutikoetxea, "Josu Ternera", se sienta el lunes y el martes en el banquillo del Tribunal de Apelación de París, del que espera evitar una condena alegando que en el periodo por el que está procesado estaba negociando el fin de la actividad terrorista.
Urrutikoetxea (70 años), que se encuentra desde julio en libertad bajo control judicial por razones de salud, ha perdido una de sus bazas para este proceso en la persona del socialista vasco Jesús Eguiguren, que esta semana anunció que no acudirá a París.
Eguiguren, que fue el representante del Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero en las conversaciones con la banda para el frustrado proceso de paz de 2005-2006, era uno de los testigos citados por la defensa. Seguramente el más creíble sobre el papel que jugó Josu Ternera en ese diálogo.
Su abogado, Laurent Pasquet-Marinacce, también había anunciado en octubre que pretendía que testificaran a su favor el ex secretario general de Interpol Raymond Kendall, el político norirlandés y antiguo miembro del IRA Gerry Kelly, y David Harland, del Centro para el Diálogo Humanitario, especializado en la mediación de conflictos armados.
Sin confirmación de los interesados ni del tribunal, habrá que esperar al último momento para comprobar quién estará presente. Y no cabe descartar que Urrutikoetxea vuelva a solicitar un aplazamiento, como el que ya consiguió hace ahora cuatro meses.
Este proceso es una repetición del que se celebró en rebeldía en 2010 cuando estaba en la clandestinidad. Entonces fue condenado a siete años de cárcel y a su expulsión definitiva de Francia.
Tras ser arrestado en mayo de 2019 en los Alpes franceses, solicitó como era su derecho la anulación de esa condena para que se organizara una nueva vista en su presencia.
La acusación se basa en pruebas de su presunta implicación en ETA entre diciembre de 2002 y 2005, sobre todo a partir de huellas encontradas en pisos francos de la banda.
De acuerdo con la argumentación de sus letrados, esas pruebas de haberse reunido con otros etarras se explican no porque participara en las actividades operativas de la organización, sino porque estaba preparando las negociaciones.
El veterano exdirigente terrorista tiene otra causa pendiente en Francia por una segunda sentencia en rebeldía a ocho años de cárcel en relación con su papel destacado en el aparato político de ETA entre 2011 y 2013, en un tiempo en que estuvo en Oslo intentando una negociación con el Gobierno español que no tuvo lugar.
El sumario de este caso fue devuelto a la fase de instrucción y se han fijado unas fechas preliminares en junio.
Respecto a los procedimientos abiertos contra él en España, la justicia francesa ya ha dado el visto bueno definitivo para que sea entregado por dos.
Son el atentado contra la casa cuartel de la Guardia Civil en Zaragoza en 1987, en el que fueron asesinadas once personas, entre ellas seis niños, y el sumario conocido como el de las "herriko tabernas" sobre la financiación de ETA.
Además, el Tribunal de Apelación de París se pronunció igualmente el 6 de enero en favor de otra demanda de extradición española para que sea juzgado por el asesinato del directivo de Michelin Luis Hergueta, cometido el 25 de junio de 1980 en Vitoria.
Urrutikoetxea ha presentado un recurso contra esa decisión ante el Tribunal Supremo, que todavía no ha fijado fecha para su examen.