Repicaron las campanas y se elevó al cielo la fumata blanca. En general el público y la crítica saludo con aplausos cerrados la elección del nuevo jefe de la Iglesia Católica. Los medios de comunicación llenaron páginas, imágenes y voces, contándonos quien es, como era y que esperan de Francisco I…
Parece ser que vienen tiempos nuevos para la Iglesia de Cristo y que se presumen cambios importantes tanto en las formas como en el fondo…. Bienvenidas sean. Amen. Esperemos la prueba del algodón o sigamos al pié de la letra el dicho de “obras son amores y no buenas razones…”
En torno a la figura del nuevo Jefe de la Santa Sede ya circulan por Internet chistes, comentarios y alguna que otra opinión disidente aunque una mayoría lo anuncia como el santo de los pobres y muy interesado en las cuestiones sociales..
Los “vaticanólogos”, que no acertaron ni de cerca el resultado final de las votaciones, ya le han puesto deberes al nuevo inquilino de la silla de san Pedro: la reforma de la curia y poner fin a los escándalos del vaticano. Pero ya sus obras nos sirven de prueba: pidió a los jefes de Estado que se queden en sus países y repartan entre los pobres los gastos de sus viajes…
Mariano, nuestro presidente, anunció en vísperas de su viaje a Bruselas que lo de las hipotecas había que estudiarlo “por lo miudo” y, al día siguiente, cuando en Europa le dijeron que la ley española era abusiva e ilegal, contó eso de “solo se que nada sé…” y añadió que se cumplirán las normas que nos dictan desde “la autoridad” europea…
Pero como conocemos a Rajoy –que presume no de hacer lo que prometió sino lo que le parece lo mejor– esperamos igualmente la prueba del algodón. Aquí la fumata no sale blanca y habrá que limpiar mucho…
Luego tenemos el caso de Bárcenas que se enreda en los juzgados y levanta numerosas sospechas. La versión más caritativa se inclina en que todo esto servirá para ganar tiempo, demorar el juicio y, finalmente, solventarse todo con un “esto prescribió y lo otro es una falta o pecado venial…” Hay precedentes, también con un tesorero del PP, el señor Naseiro, que no fue absuelto sino que no se estimaron las grabaciones telefónicas efectuadas por la policía…
Nos falta la prueba del algodón que demuestre que doña justicia no tiene los dos ojos tapados…