Parece que el Rey Felipe leyó el artículo donde hablé del dinero negro de su padre, y de él como su heredero, y lo ha tomado en consideración. La verdad es que no esperaba tan regio lector. Se acabó el rollo; vamos a la faena. Juan Carlos I de Borbón, que fue Rey de España, es ahora el primer corrupto del reino tras desbancar de ese puesto a Rajoy y al Partido Popular. Y, de paso, dejó la Marca España hecha una puta mierda. Felipe VI, que nunca supo de “esas cosas de su padre, y se enteró por la prensa”, ha sido rápido y renunció ante notario al dinero negro de papá, como cuarto heredero, en nombre propio y en el de su hija mayor, su heredera y futura reina. ¿Quiénes podrían ser los otros tres herederos, y otros, de esa pasta ilegal? Parece de cajón que quizá la ex-Reina Sofía, la espabilada, la otra, y su otra nieta. Debe, y tiene que saberse fehacientemente, y si van a quedarse con la pasta, o no. Otro verso: No puede haber dos reyes; la Constitución habla de “El Rey”; uno, solo, y en singular. Por tanto, cuando Juan Carlos abdicó dejó de ser rey. Ni emérito ni hostias. Y no hay más que dé afición y amiguitos del alma: Los corruptos Partido Popular y Partido Socialista Obrero Español; hablar. Su privilegio de ser irresponsable, personal y a nivel judicial, expiró con su reinado y puede, y debe ser juzgado penalmente por corrupto. Claro que en el Parlamento cuenta con dos “compinches viejos conocidos de Policía, Guardia Civil y jueces, como “ejemplos de honradez”. Y a todo esto ¿Qué carajo dicen el Supremo, el Fiscal Anticorrupción, y Hacienda? Nada; callan como putas ¡Lástima de un rayo justiciero, joder! ¡Lástima!