El coronavirus le cambió la vida a Eme DJ. La ausencia de bolos provocó que una de las DJ más reconocidas de la escena indie-disco-pop dejase su vida en Madrid y volviese a la casa de su madre, en Sada. Sin embargo, ha encontrado en la plataforma Twitch la oportunidad para reinventarse.
“Pinchar sin ver al público es una sensación diferente, pero no peor”, cuenta en una entrevista con Efe Marta Fierro (Quiroga, Lugo, 1982), quien actuó en importantes festivales como el FIB Benicássim, Sónar, MTV Europe Music Awards, Arenal Sound, SOS 4.8 o el Son do Camiño, entre muchos otros.
Cuando la covid-19 irrumpió en España, provocando el parón de festivales y actuaciones musicales, se vio obligada a dejar su vida en la capital, algo que pensaba que sería temporal, hasta pasar el verano, pero “la situación se fue alargando” y se tuvo que quedar en Sada.
La última vez que pinchó frente al público fue en marzo de 2020 en Málaga y después, aunque llegó a programar algunas citas con aforo limitado, la situación epidemiológica hizo que todas fuesen canceladas.
Algunas personas que la rodean llegaron a recomendarle que se buscase otro trabajo o estudiase una carrera, pero la que fue elegida como mejor DJ nacional del año por Rockdelux en 2010, 2011 y 2014 se negaba a dejar la música.
“Al principio era reacia a lo de pinchar en Twitch porque me parecía algo muy frío y creía que se perdía la comunicación con la gente, ya que no la veo”, confiesa Marta, que ahora se ha percatado de que un streaming tiene muchas ventajas.
Una de ellas es el feedback que le proporciona la gran comunidad que ha formado, pues desde su estudio de Sada llega a todos los rincones del mundo, de modo que tiene seguidores de Argentina, Colombia, Perú, Estados Unidos y Japón, entre otros países.
“Es gente a la que no conozco en persona, pero es como parte de mi familia. Me siento súper querida y súper protegida”, cuenta la disyóquey sobre sus fanes, con los que charla, hace videollamadas e incluso ve películas.
Este “trato directo”, aunque suene paradójico, es una de las grandes diferencias que observa con respecto a un bolo presencial, ya que “es un trabajo un poco solitario”, pues normalmente después de pinchar en una discoteca está cansada y se va a casa o al hotel.
Además, el hecho de hacer lo que le gusta sin tener que viajar no está mal, le da “menos pereza”, reconoce.
“Lo que más echo de menos es ver a la gente bailar. Eso es innegable. Para un DJ es lo más importante. Lo otro, es como sentirte que estás pinchando para una pared. Pero Twitch me dio la posibilidad desde el minuto uno de que la gente pueda añadir reacciones, teclear lo que le parece la sesión o comentar algo y yo les contesto por el micrófono”, relata.
La forma de ganar dinero en la plataforma consiste en las donaciones y suscripciones de los usuarios, pues cada persona tiene la opción de aportar lo que quiera.
Gracias a ello, Marta pudo alquilar un estudio frente a su casa y convertirlo en una “discoteca virtual”, lo ha dotado de luces, una cámara o un trípode, y otros elementos que hacen que sus sesiones sean “más visuales y llamativas”.
Y todo apunta a que seguirá mejorando sus directos online, en los que se vuelca desde el mes de noviembre, pues Eme DJ no tiene ninguna cita programada en el horizonte, dado que “este año no se sabe lo que va a pasar”.
“Solo nos queda esperar que no haya contagios, que se vacune todo el mundo y a ver si a final del año o el año que viene se empieza a recuperar un poco el sector de la cultura”, concluye la artista.